Los Mossos d'Esquadra acordonaron ayer los alrededores de la Sagrada Familia de Barcelona en el marco de un operativo antiterrorista que dio por todo resultado una falsa alarma.

Poco después de las ocho de la tarde fueron cortadas al tráfico las calles Provença, Rosselló y Sardenya. Además, las líneas L2 y L5 del metro, en funcionamiento, no realizaban parada en la estación de Sagrada Familia.

El centro del trabajo policial fue una furgoneta sospechosa que los equipos tedax de los Mossos inspeccionaron, aunque para concluir que no alojaba material explosivo.

Anoche, al cierre de esta edición se estaba levantando el cerco policial para restablecer el tráfico viario y de metro. No se practicaron detenciones.

Al parecer, la razón del operativo fue "la visualización de la furgoneta sospechosa con dos ocupantes en las inmediaciones de la Sagrada Familia", informaron los Mossos.