El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció ayer en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para exponer una síntesis de las actuaciones policiales, judiciales y gubernamentales por los atentados de Cataluña. En pleno fragor del enfrentamiento entre cuerpos de seguridad, Rajoy elogió la actuación de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana, "que han hecho un enorme trabajo", dijo. No obstante, se escabulló de una pregunta sobre la conveniencia de que los Mossos se integren en Europol, al igual que se ha hecho recientemente con la Ertzaintza, coincidiendo con el apoyo presupuestario del PNV al Ejecutivo.

Rajoy, que prudentemente solo dio por desarticulado "el núcleo central" de la célula terrorista de Ripoll, quiso minimizar el alcance de los roces entre cuerpos policiales y, además de extender su felicitación a la Guardia Civil y a la Policía Nacional, aseguró que la coordinación ha sido "fluida y constante" desde "el minuto cero". Sin embargo, el presidente del Gobierno admitió implícitamente las descoordinaciones al asegurar que "tiempo habrá de analizar todos los pormenores".

El líder popular llamó a los partidos que no lo han hecho -en esencia Podemos, ERC e IU- a firmar el pacto antiterrorista, recitó a Lorca para homenajear a La Rambla de Barcelona y, hasta tres veces, repitió que no es bueno "tomar decisiones en caliente". La más relevante, al ser preguntado sobre la conveniencia de establecer un censo de imanes.

La intervención de Rajoy coincidió con la publicación en el "Financial Times" de una entrevista con el presidente catalán, Carles Puigdemont, en la que este defiende a capa y espada la actuación de los Mossos, asegura que las relaciones entre los cuerpos policiales estatales y autonómicos son "excelentes" y pide al Gobierno "no hacer política con la seguridad" de los catalanes.

"La policía catalana, a pesar de que no tiene todas las herramientas que necesita y está mal financiada, ha manejado la crisis de forma excepcionalmente buena", dijo Puigdemont, en respuesta a las críticas a los Mossos vertidas por los sindicatos AUGC, de la Guardia Civil, y SUP, de la Policía. En un comunicado conjunto difundido esta semana, los sindicatos especulan con la posibilidad de que si se hubiera dejado a los especialistas en explosivos de la Guardia Civil analizar la explosión del chalé de Alcanar, tal vez se hubieran podido "atajar" los atentados de Cataluña. Además, se achaca a razones políticas el hecho de no haber recurrido a estos cuerpos.

Los ecos de la polémica planean sobre la magna manifestación prevista para hoy en Barcelona, en rechazo del terrorismo y en homenaje a las víctimas. A la manifestación, en un gesto que carece de precedentes asistirá el Rey, al igual que Rajoy, la inmensa mayoría de sus ministros, los presidentes del Congreso y el Senado y la totalidad de los presidentes autonómicos. El Gobierno fletará un avión oficial para trasladar desde Madrid a los dirigentes políticos. El Rey y Rajoy viajarán en otros dos aviones.

La marcha, convocada por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat, y respaldada por más de 800 entidades, arrancará a las seis de la tarde, bajo el lema "No tinc por" ("No tengo miedo"), en los jardines de Gracia, situados en el cruce del paseo de Gracia con la avenida de la Diagonal, y discurrirá a lo largo de más de un kilómetro y medio hasta llegar a la plaza de Cataluña.

Pese a que en todos los llamamientos se ha insistido en la necesidad de no utilizar la manifestación con fines partidistas, grupos independentistas han llamado a rechazar la presencia de Felipe VI y del Partido Popular vistiendo de azul y enarbolando esteladas, las banderas soberanistas.