Pau Pérez, un joven ingeniero de Vilafranca del Penedès, Barcelona, es al decimoquinta víctima de los ataques terroristas de Barcelona y Cambrils. Los mossos confirmaron ayer que la muerte de este hombre de 34 años, que apareció en los asientos traseros de su Ford Focus en Sant Just Desvernes, está relacionada con la huida de Younes Abouyaaqoub, el conductor de la furgoneta de las Ramblas.

De 34 años, Pau Pérez estaba vinculado al trabajo como voluntario en organizaciones no gubernamentales. Ahora se encontraba empleado en una bodega. Siguiendo lo que, según personas próximas, era ya un costumbre, el jueves por la tarde aparcó su coche en el estacionamiento de la zona universitaria de Barcelona. Era algo que solía hacer por tratarse de una de los pocos lugares, que conocía bien de su época estudiantil, de estacionamiento libre. A partir de ahí se desplazaba en transporte público.

El jueves, en torno a las seis y cuarto de la tarde, Pau Pérez se cruzó con Abouyaaqoub, una hora después de el yihadista dejara trece muertos y más un centenar de heridos en las Ramblas. El terrorista había atravesado a pie Barcelona. Para proseguir su huida, apuñaló con un machete al ingeniero con la intención de apoderarse de su viejo Ford Focus. Fue una herida de veinte centímetros en el pecho que dejó moribundo al ingeniero. Según la reconstrucción policial, Abouyaaqoub lo arrojó a los asientos traseros del vehículo y prosiguió su fuga. Poco después, el terrorista se encontró con un control policial, que rebasó pese a los disparos de los agentes. La carrera concluyó en Sant Just Desvernes, donde la policía localizó el turismo. Durante las dos horas de espera, mientras los tedax garantizaban la ausencia de explosivos, Pau Pérez se desangró en su coche.