Rachid Aglif, al que José Emilio Suárez Trashorras -el minero que facilitó la dinamita de los atentados del 11-M- llamaba "El Conejo" por su dentadura prominente, no saldrá de prisión hasta el año 2022, una vez que cumpla los 18 años que se le impusieron en el juicio de los atentados por los delitos de colaboración con organización terrorista y tráfico de explosivos. El nombre de este mediador de la dinamita del 11-M -que en el juicio negó cualquier relación con los atentados, aduciendo que simplemente había negociado una venta de hachís- ha vuelto sin embargo a salir a relucir otra vez en relación al yihadismo.

Y es que el presunto cerebro de los atentados de Barcelona, AbdelbakyEs Satty, conocido como el imán de Ripoll, el supuesto artífice de la radicalización de los jóvenes que perpetraron la matanza, se hizo al parecer muy amigo de Aglif en la cárcel Castellón, donde el clérigo musulmán estuvo encerrado por una actividad tan poco edificante como el tráfico de hachís, aunque otras fuentes indican que su estadía de dos años en prisión, hasta enero de 2012, estuvo relacionada con infracciones a la Ley de Extranjería.

Es Satty trasladaba al parecer hachís entre Ceuta y Algeciras. En la cárcel de Castellón llegó a encargarse del rezo del viernes de los presos musulmanes, y con Aglif hizo bastantes buenas migas. Quizá las relaciones que hizo en la prisión castellonense expliquen que eligiese Ripoll y Alcanar, cerca de la frontera entre Cataluña y la provincia más norteña de la comunidad valenciana, para establecerse y realizar su labor de adoctrinamiento. Aglif estuvo en la cárcel de Castellón de la Plana hasta el pasado mes diciembre, momento en el que fue trasladado al nuevo penal de Albocásser, en la misma provincia.

"ElConejo" recibió la cuarta condena más alta en el juicio del 11-M. Amigo de la infancia de Jamal Zougam y de Jamal Ahmidan, "El Chino", estaba también relacionado con Rafá Zouhier, hoy excarcelado y expulsado a Marruecos.No se distinguía precisamente por sus intereses religiosos, sino que formaba parte de la pequeña cohorte de la que se servía Jamal Ahmidan para sus negocios de tráfico de drogas.

En octubre de 2003, "El Conejo" participó en una reunión celebrada en una hamburguesería de Madrid, a la que asistieron José EmilioSuárez Trashorras, "El Chino" y Zouhier en la que se apalabró la entrega de cierta cantidad de hachís al español a cambio de cierta cantidad de dinamita, que se entregaría en pequeñas cantidades. En ese momento se planteó que el transporte se haría desde Asturias en autobuses, unos viajes que, según la sentencia del 11-M haría el menor Gabriel Montoya Vidal, "ElGuaje", Sergio Álvarez e Iván Reis.

Más tarde, el 26 de febrero de 2004, justo después de que Trashorras llegase de su luna de miel, volvió a haber otra reunión en Morata de Tajuña, a la que Aglif también asistió y en la que se apalabró el robo de la dinamita en Mina Conchita, que se realizaría pocos días después, en la noche del 28 al 29 de febrero, en medio de una gran nevada.

El transporte se hizo en un Toyota Corolla prestado por Trashorras "ElChino". "El Guaje" viajaría luego a Madrid para recuperarlo, pero lo estrelló camino de Toledo en un episodio rocambolesco del que tuvo conocimiento la Guardia Civil, la enésima oportunidad desaprovechada para detener la matanza del 11-M.

En el juicio, "El Conejo" se defendió diciendo que él nunca había hablado de otra cosa que no fuese hachís, aunque todo indica que era conocedor de lo que se estaba preparando en aquellos meses previos al 11 de marzo. El juez Gómez Bermúdez llegó a llamarle la atención por su forma de dirigirse al fiscal. Durante las sesiones se mostró de bastante buen humor, sobre todo durante las declaraciones rayanas en el desacato de Rafá Zouhier.