Más de 1.800 personas abarrotaron ayer la basílica de la Sagrada Familia para asistir al funeral en memoria de las víctimas de los ataques de Barcelona y_Cambrils. La Sagrada Familia, uno de los lugares más concurridos de la capital catalana y que podría figurar entre los objetivos frustrados de los terroristas, fue, junto con las Ramblas repletas de viandantes, una muestra viva del "No tenim por" ("No tenemos miedo") que sintetiza la respuesta ciudadana a los ataques yihadistas.

El arzobispo metropolitano de Barcelona, Juan José Omella, ofició el funeral, al que algunos de los asistentes llegaron con tres horas de antelación para garantizarse un lugar en el templo, según "Efe". En su homilía, Omella llamó a la sociedad en su conjunto a ser "artesanos de la paz" y a estar unidos con el objetivo común de "la fraternidad, el respeto y el amor solidario", porque "la unión nos hace fuertes y la división nos corroe y nos destruye".

Junto a los Reyes de España, asistieron al funeral el presidente Rajoy; el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el presidente de Portugal, Marcelo Rebello de Sousa, y el primer ministro portugués, António Costa.

Los Reyes agradecieron a Barcelona y a Cambrils su ejemplo, solidaridad y fuerza a la hora de "superar los momentos de dolor vividos tras los atentados".

La zona de la Sagrada Familia quedó cerrada a la circulación para garantizar la seguridad, y la misa se desarrolló en medio de un importante despliegue policial en el exterior.

Otro de los puntos clave en el que los políticos y ciudadanos mostraron su solidaridad con las víctimas de los atentados es el Ayuntamiento de Barcelona. Por allí pasaron ya más de 4.500 personas para firmar en el libro de condolencias habilitado por el Consistorio barcelonés. La afluencia masiva, que provoca largas colas y esperas ante el Ayuntamiento barcelonés, lleva a los responsables municipales a ampliar durante varios días el periodo de firmas, a la vez que se abre un libro digital para que dejen constancia de sus condolencias quienes no puedan trasladarse a la capital catalana. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, aseguró ayer que los miembros de la prensa internacional trasladados a la Ciudad Condal para cubrir los atentados le manifestaron que "nunca habían visto una reacción ciudadana como la que se está produciendo en Barcelona".

Ceremonia interreligiosa

El Ayuntamiento de Barcelona organizará además, junto con la Generalitat, una ceremonia interreligiosa el jueves por la tarde en el Consistorio. A ella está previsto que acudan representantes de todas las comunidades religiosas y laicas, y también estarán invitados los familiares de las víctimas de los atentados.