El Rey hizo suyo ayer el "no tenemos miedo" que una multitud concentrada en la plaza de Cataluña coreó la víspera tras el minuto de silencio en memoria de las víctimas de las Ramblas y Cambrils. El corazón de Barcelona comenzó a recuperar la normalidad, con gran afluencia de visitantes, muchos de los cuales contribuyeron al reconocimiento a las víctimas con la colocación de velas y flores en el paseo. El mercado de La Boquería, uno de los centros neurálgicos de la zona, abrió de nuevo sus puertas.

Los monarcas desplegaron ayer una intensa actividad en Barcelona. Por la mañana visitaron a los heridos y por la tarde se sumaron al homenaje espontáneo en que se ha convertido la zona del mosaico de Joan Miró en las Ramblas, donde la furgoneta conducida por un terrorista culminó su horroroso recorrido.

Junto a la Reina Letizia, don Felipe transmitió "el abrazo de todos los españoles, de todos los catalanes, de todos los barceloneses y de todo el mundo" a los heridos que permanecen ingresados en los hospitales del Mar y Sant Pau. En varios centros de la capital catalana continúan 49 de los más de 120 heridos en el atropello masivo, 13 de ellos en estado crítico y una veintena con pronóstico grave, según el último balance. En Tarragona están hospitalizadas otras cuatro personas, dos de ellas en situación grave, víctimas de la acción de los terroristas en Cambrils.

Tras visitar a los heridos, Felipe VI aseguró que Barcelona "no ha estado sola ni lo estará" y recurrió al lema de "no tenemos miedo ni lo tendremos nunca" para dejar constancia de la actitud de unidad y firmeza con que la ciudadanía y sus presentantes afrontan la respuesta a los ataques yihadistas. Una prueba de esa disposición fueron las largas colas que ayer se formaron ante el Consistorio barcelonés, donde 2.745 personas pasaron por el Saló de Cent para firmar en el libro de condolencias.

En Ripoll, en una concentración muy distinta, familiares, amigos y conocidos de los jóvenes que integraban la célula terrorista se juntaron en la plaza del Ayuntamiento para expresar, "rotos de dolor", su rechazo a los ataques de Barcelona y Cambrils y guardar un minuto de silencio por las víctimas. La madre de Younes Abouyaaqoub, el sospechoso de conducir la furgoneta de las Ramblas, que se encuentra en busca y captura, pidió a su hijo que se entregue. "Que vaya a la Policía, que se entregue", que prefiere que esté en la cárcel a que esté muerto, que ella no quiere que maten a los demás, porque son personas y porque el Islam no habla de matar, manifestaba, según la traducción de su amiga Fátima, Ghanno Gaanimi, la progenitora del que ahora es el hombre más buscado de España. Una prima de Younes Abouyaaqoub culpó al imán Abdelbaki Es Satty de haber "manipulado" a los miembros de la célula.