La búsqueda del Younes Abouyaaoub, el presunto conductor de la furgoneta que el jueves dejó en las Ramblas de Barcelona un reguero de trece cadáveres y más de un centenar de heridos, centra la acción policial posterior a los atentados de la capital catalana y Cambrils, donde pereció la decimocuarta víctima. La otra línea de la investigación intenta determinar si Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll, fue el agente que radicalizó a la célula islamista, integrada por una docena de jóvenes de entre 17 y 30 años. El desarrollo de la investigación hizo aflorar ayer diferencias entre el Ministerio del Interior y los Mossos d'Esquadra. El ministro Zoido aseguró que la célula islamista estaba ya desarticulada, lo que poco después desmintieron los responsables de la Policía catalana.

Siete de los integrantes del grupo estarían muertos, cinco de ellos abatidos en Cambrils y otros dos fallecidos en la explosión del chalet de Alcanar, en la provincia de Tarragona, que les servía como base operativa y en la que preparaban tres vehículos para hacerlos explotar en atentados de mayor alcance. Esta pretensión se frustró con la deflagración que dejó reducida a ruinas la vivienda, propiedad de un banco, a la que los yihadistas accedieron como okupas y en la que acumulaban más de un centenar de bombonas de butano. Los investigadores, que ayer realizaron dos voladuras controladas en el lugar, hallaron resto del explosivo habitualmente utilizado en los ataques islamistas.

Además de los fallecidos hay otros cuatro detenidos (ver cuadro adjunto), tres de ellos en Ripoll y un cuarto que resultó herido grave en la explosión de la casa de Alcanar. Younes Abouyaaqoub, marroquí de 22 años, el huido del grupo -aunque los mossos no descartan que la célula tuviera más integrantes- es ahora el principal sospechoso de conducir la furgoneta con la que se llevó acabo el atropello masivo de las Ramblas. Pese a que el conductor no utilizó guantes y dejó sus huellas en el volante, la Policía todavía no concretó su identidad. Abouyaaqoub habría abandonado la furgoneta tras recorrer con ella más de quinientos metros del paseo central de las Ramblas y huyó en metro. Su escapada podría estar relacionada con el vehículo en el que apareció muerto Pau Pérez, un ingeniero de 34 años, y que fue localizado tras saltarse un control policial. La muerte de la que podría ser la decimoquinta víctima de los terroristas es uno de los flecos pendientes de la investigación.

Además de la busca y captura del terrorista huido, la otra línea de trabajo se centra ahora en determinar cómo se fraguó una célula terrorista con jóvenes que carecían de antecedentes y estaba fuera de las sospechas policiales. Ripoll, un municipio gerundense de menos de 11.000 habitantes, y en el que residían al menos siete de los terrorista identificados, es desde la tarde noche del jueves uno de los centros de la indagación policial. En Ripoll hubo ayer nueve registros en otras tantas viviendas relacionadas con miembros de la célula. En uno de los pisos, los mossos buscaron rastros de ADN de Abdelbaki Es Satty, originario de Tetuán (Marruecos) y de unos 42 años, que ejerció hasta hace unas semanas como imán de la comunidad religiosa. Los investigadores tratan de determinar si el imán es uno de los dos muertos en la explosión del chalet de Alcanar, de uno de los cuales solo quedaron restos biológicos. Sobre Abdelbaki Es Satty, afincado desde hace dos años en Ripoll y que salió de prisión en 2014 tras una condena de cuatro años por tráfico de hachís, recaen todas las sospechas de que pudiera ser el inspirador de la célula, ninguno de cuyos miembros, en principio, tendría contacto directo con el Estado Islámico, organización terrorista que reivindicó las acciones de Barcelona y Cambrils.

Los rápidos avances de la investigación provocaron ayer fricciones entre el Ministerio del Interior y los Mossos d'Esquadra. Después de la reunión de la mesa extraordinaria de valoración de la amenaza terrorista, que acordó mantener el nivel de alerta 4, el ministro Zoido aseguró que el grupo yihadistas estaba desarticulado. Responsables de los mossos desmintieron al titular de Interior y negaron que la célula yihadista pudiera darse por finiquitada. a falta de nuevas detenciones.