Ryanair quiere poner coto al alcohol en los vuelos. La irlandesa de bajo coste ha lanzado una campaña para reducir el consumo de alcohol a bordo de sus aviones a dos bebidas como máximo, alarmada por el aumento de pasajeros ebrios.

De este modo, la compañía se alinea con el Govern balear, que hace un mes reclamó a Madrid y a Bruselas restricciones para evitar el creciente número de altercados particularmente en vuelos que conectan Reino Unido con Baleares.

Ryanair considera que hay que actuar en origen. "Es injusto que los aeropuertos se beneficien de la venta ilimitada de alcohol a los pasajeros y que le toque a las aerolíneas tener que sufrir las consecuencias de seguridad", declaró Kenny Jacobs, director ejecutivo de Ryanair. "Esto se convierte en un problema cuando los vuelos están retrasados y los aeropuertos no imponen un límite en la venta de alcohol en los bares y restaurantes", añadió.

La aerolínea de bajo coste ya había dado algunos pasos para reducir la presencia de alcohol en sus vuelos, como prohibir a sus clientes consumir bebidas adquiridas en la zona libre de impuestos de los aeropuertos. Y a los clientes que vuelan desde Glasgow Prestwick y Manchester a Alicante e Ibiza ni siquiera se les permite transportar alcohol de esos establecimientos en la cabina. Solo pueden ir en la bodega.

Esta campaña de Ryanair surge horas después de que la BBC hiciera público un dato demoledor: el número de detenciones de personas ebrias en aeropuertos del Reino Unido se ha duplicado en solo un año. En total, hubo 387 detenidos entre febrero de 2016 y febrero de 2017. Un año antes se habían registrado 255 arrestos.

Un reportaje elaborado por el programa 'Panorama' de la cadena británica desvelaba que más de la mitad del personal de la tripulación de cabina preguntados admitió haber sido testigo de comportamientos conflictivos por parte de pasajeros en estado de embriaguez en aeropuertos británicos. Uno de cada cuatro reconoció haber sido víctima de abuso físico por parte de algún pasajero borracho.

De este modo, el Govern balear ha encontrado un inesperado aliado en su intento de implantar una especie de 'Ley Seca' en los aviones. La directora general de Turismo, Pilar Carbonell, trasladó el 13 de julio a la secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asián, la necesidad de limitar el alcohol en vuelos y aeropuertos para evitar las molestias que sufren los pasajeros que deben viajar con turistas en estado de embriaguez. Paralelamente, la directora del Centre Balears Europa, Marta Neus López, trasladó la misma reivindicación a la Comisión Europea en la jornada de trabajo de transporte europeo celebrada en Bruselas.

La propuesta de Carbonell generó mucha expectación en Reino Unido, cuyos medios dedicaron mucho espacio a evaluar la medida.

Son varios los incidentes relacionados con el alcohol que se han registrado en vuelos este verano. En mayo la Guardia Civil detuvo en Son Sant Joan a tres pasajeros borrachos que protagonizaron un altercado en un vuelo procedente de Manchester. En junio el vídeo de una pareja manteniendo relaciones sexuales en un vuelo entre Manchester e Ibiza traspasó fronteras. Por cierto, la escena tuvo lugar en una aeronave de Ryanair.

La compañía irlandesa señala directamente a los aeropuertos y les pide la prohibición total de vender alcohol en sus bares y restaurantes antes de las diez de la mañana.

Esta iniciativa recuerda a la que puso en práctica la también británica Jet2.com, que el pasado verano anunció la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en sus vuelos antes de las ocho de la mañana. "Creemos que es un camino efectivo para asegurarnos de que todo el mundo tendrá un viaje cómodo. Somos la primera aerolínea europea que da este paso", señaló entonces un responsable de la compañía.