El independentismo busca que el referéndum del primero de octubre marque una inflexión en la política nacional y anticipe el final del Gobierno de Mariano Rajoy. El PDeCAT ofrece su apoyo a los socialistas para una moción de censura tras la consulta catalana para encontrar un interlocutor dispuesto a dar cumplimiento a sus resultados. Los socialistas, sin embargo, cuestionan la legalidad y las garantías de un proceso en el que llaman a los catalanes a no participar y consideran que el Ejecutivo de Puigdemont "está secuestrado" por una CUP que da signos de radicalización en la calle.

El coordinador de diputados y senadores del PDeCAT en Madrid, Jordi Xuclà, mostró ayer la disposición de su partido a negociar con el PSOE una moción de censura contra Mariano Rajoy tras el 1-O, para disponer de nuevos "interlocutores" en la Moncloa con quienes aplicar los resultados del referéndum. Pese a las advertencia del Gobierno de que en ese primer domingo de octubre no habrá urnas en Cataluña, el diputado demócrata se muestra "convencido", en una entrevista con Efe, de que "en Cataluña se va a votar". Esa es una posibilidad que, pese a su rechazo a la consulta, anticipan incluso dirigentes del PSOE, como su presidenta, Cristina Narbona, lo que para Xuclà avala su idea de que habrá referéndum.

Esa convocatoria tendrá el efecto de "remover" el sistema político y ya "nada será igual", ni en la política española ni en la catalana.

El día después de la consulta, Xuclà prevé que las instituciones catalanas necesiten "interlocutores válidos" para traducir en hechos los resultados del referéndum, por lo que invita a los socialistas a liderar una alternativa al Gobierno del PP. "La iniciativa corresponde a las izquierdas españolas, es de sentido común que el primer partido de la oposición y su líder deberían tomar la iniciativa", afirma el diputado catalán.Pero Xuclà adelanta ya la disposición del PDeCAT a "sentarse alrededor de una mesa para articular una mayoría alternativa, que requiere de 176 diputados". La condición de su partido en esa hipotética negociación sería el compromiso de hacer "viable una salida institucional a la decisión que tome libremente el pueblo de Cataluña el 1 de octubre". Xuclà aprecia una "evolución" y un cambio de actitud del PSOE ante el nacionalismo al reconocer el carácter "plurinacional" del Estado. En contraste con el "inmovilismo" de PP y Ciudadanos, el coordinador parlamentario del PDeCAT, ve que "otros partidos, de una manera u otra, han hecho el ejercicio de intentar entender lo que sucede en Cataluña", por lo que se puede afirmar que "PP y PSOE son idénticos".

La disposición de la antigua Convergencia a llegar a acuerdos con el PSOE constrasta con la reticencia de los socialistas, opuestos a todas las iniciativas políticas que conforman el proceso hacia la independencia desarrolladas hasta ahora por la mayoría soberanista. El sostén parlamentario de la CUP ha convertido al Ejecutivo de Puigdemont en rehén de los radicales. El gobierno de la Generalitat "no puede estar secuestrado por quienes asaltan autobuses", advierte el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, quien reprocha al presidente catalán y a su "segundo", Oriol Junqueras, su "silencio ensordecedor" ante los recientes ataques contra el turismo.