Felipe VI defendió ayer por el trabajo "conjunto y en una misma dirección" en su discurso de conmemoración del 25.º aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Esas palabras, dichas en catalán ante el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el frío saludo que ambos compartieron, pusieron la nota de corrección institucional a una jornada en la que prosiguió el tenso enfrentamiento entre los gobiernos de Madrid y Barcelona a cuenta de la consulta del 1-O.

No se olvidó el Rey de recordar que en aquella ocasión fue esencial "el esfuerzo, la generosidad, la solidaridad y el compromiso de todos". Y no menos "la colaboración de todas las administraciones". Pero, acabada la tregua institucional señalada por este acto -al que asistieron dos consejeros de Puigdemont y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría-, el choque entre las dos administraciones que cinco lustros atrás colaboraron tan estrechamente volvió a hacerse patente.

El vicepresidente, Oriol Junqueras, anunció la presentación de recursos ante el Supremo y el Constitucional contra las medidas de control del gasto de la Generalitat anunciadas por el Gobierno de Rajoy; medidas en las que el Govern ve "un ataque y un castigo" y que, de incumplirse, pueden acarrearle la suspensión de las entregas del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

Además, Junqueras anunció que "no facilitará" al Gobierno del PP la lista de funcionarios que certifican las finanzas de la Generalitat, pues son "los miembros del Govern" los que satisfarán cualquier petición de información. El vicepresidente contradice así a su secretario de Hacienda, Lluís Salvadó, que el lunes no veía reparos en facilitar esa lista al Ejecutivo de Madrid, dado que, de hecho, Hacienda ya la tiene.

Entre tanto, el Govern ya tendría las urnas del 1-O. Ni Junqueras, máximo responsable de la organización y ejecución de la consulta, ni el portavoz, Jordi Turull, quisieron desvelar ayer en qué fase se halla el proceso de adquisición de las urnas.

Sin embargo, el diario "Ara" informó ayer de que Puigdemont cenó el lunes en Madrid con, entre otros, el catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo y el politólogo Ramón Cotarelo, y les habría dicho que ya dispone de las urnas.