Las direcciones del PSOE y de Unidos Podemos, encabezadas por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, se reunieron ayer en el Congreso para abrir un espacio de diálogo permanente entre ambas fuerzas. Al término de su encuentro, los dos partidos acordaron crear una mesa de colaboración parlamentaria para revertir las políticas del PP y declararon haber alcanzado consensos en cuestiones sociales. No así sobre cómo afrontar el desafío secesionista en Cataluña. Aunque PSOE y Podemos acordaron abrir espacios de diálogo en el Congreso para buscar soluciones de forma conjunta a la situación, los socialistas siguen apostando por la reforma federal de la Constitución que recogieron el pasado fin de semana en la Declaración de Barcelona.

La socialista Margarita Robles afirmó que el PSOE está por la "soberanía única" y, por lo tanto, no puede "aceptar un referéndum de independencia". Eso sí, el "número tres" del PSOE, José Luis Ábalos, dijo que su partido vería "razonable" una quita de la deuda pública de Cataluña con el Estado como parte de "una agenda superadora de la situación actual".

El portavoz de En Comù Podem, Xavier Domènech, anunció que Podemos persiste en su idea de un referéndum pactado como única solución a la situación en Cataluña, evidenciando el principal punto de desencuentro entre ambas formaciones. Domènech consideró "insuficiente" la subcomisión del Congreso con la que los socialistas quieren empezar a estudiar desde septiembre su reforma federal, un punto pactado también este sábado entre el PSC y el líder del PSOE.

La portavoz de Unidos Podemos, Irene Montero, se felicitó por que la reunión sirviera para "establecer una interlocución preferente entre ambas formaciones" que podría "prefigurar un Gobierno alternativo". Pero Robles solo se refirió a Unidos Podemos como "socios prioritarios" en la medida en que comparten sus preocupaciones sociales.