El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lanzó ayer un nuevo llamamiento al presidente catalán, Carles Puigdemont, para que abandone su camino de "delirios", en referencia al proyectado referéndum independentista del 1 de octubre. Rajoy, que hizo este llamamiento desde Bilbao, donde presidió un acto en memoria del asesinado Miguel Ángel Blanco, contrapuso la actitud de la Generalitat con los beneficios que procura, dijo, la posición pactista del Gobierno vasco.

A las 24 horas de que Puigdemont purgara su Gobierno de miembros del PDeCAT reticentes al referéndum, reforzando las posiciones de ERC, Rajoy advirtió al presidente de la Generalitat que seguir por la misma senda es "estéril", ya que si "se desliza por la peligrosa pendiente de la radicalidad", el Gobierno de España le responderá "con la razonable fuerza de la ley".

"Hay otra forma de hacer política", insistió Rajoy, para quien esa alternativa es la de los nacionalistas vascos, que han apoyado los Presupuestos Generales del Estado y el techo de gasto. Al respecto, el presidente del Gobierno aludió a la comisión mixta del Concierto, que reunirá el próximo 19 de julio a representantes del Gobierno y del Ejecutivo de Vitoria para suscribir los acuerdos relativos a la actualización de la Ley del Cupo para el periodo 2017-2022, así como la Ley del Concierto.

"Es algo positivo para los vascos y para el conjunto de los españoles. Esta forma de trabajar va unida a las palabras pacto, acuerdo y entendimiento. Eso es lo democrático y lo que produce resultados positivos para todos", remachó el líder del PP.

En Barcelona, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunió con su homólogo del PSC, Miquel Iceta, quien ayer fue proclamado candidato de su formación a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas, para las que aún no hay fecha, aunque el PSC estima que se convocarán en pocos meses. Iceta fue elegido con un 97,6 % de los votos del Consejo Nacional de los socialistas catalanes.

Sánchez llamó a Rajoy a negociar y dialogar ya con el Gobierno catalán, en lugar de quedarse a la espera. De ese modo, sostuvo, se conseguirá que el 1-O "no pase nada". A la vez, sacó a relucir su compromiso de reconocer a Cataluña como nación. "La España nación de naciones va a llegar. El centralismo es pasado y el federalismo es garantía de que vamos a forjar un futuro común para el conjunto de España. Es la España que está llegando", dijo.