La remodelación del Govern de la Generalitat fue valorada ayer con dureza por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien acusó a su líder, Carles Puigdemont, de estar inmerso en una "deriva autoritaria" en mitad de la cual ha hecho "una purga de dudosos".

"¿Qué diálogo quieren con esta forma de comportarse?", se preguntó Rajoy, quien hizo hincapié en que el Gobierno de España "estará en su sitio" y enfatizó: "No tengan la más mínima duda". Para Rajoy, lo que está sucediendo en Cataluña muestra a un gobierno que "quiebra el interés general" y "que va contra los catalanes y contra Cataluña".

"Hoy hemos asistido a una muestra más de la deriva autoritaria que rompe cada día las leyes y las normas que nos hemos dado entre todos", apuntó el líder popular, quien consideró que los independentistas, "después de presionar a los medios de comunicación, a la oposición, a los mossos, a los funcionarios y a los alcaldes, ahora presionan a su propio partido", en alusión al PDeCAT. "Si presionan así a su propio partido, ¿qué no harán con los demás?", se interrogó.

El cambio en el Govern ha coincidido con una reunión mantenida en Barcelona por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el del PSC, Miquel Iceta, para pactar un paquete de propuestas para esa comunidad. Entre ellas se incluye la recuperación de dos artículos del Estatut reformado suprimidos por el Constitucional -uno de ellos relativo a la creación de un Consejo de Justicia-, la mejora de la financiación autonómica y la reforma de la Constitución para completar "la arquitectura federal" de España.

Esta reforma se impulsará después del verano mediante una subcomisión parlamentaria u otro órgano similar en el Congreso. "El vehículo es lo menos importante, lo importante es ponerse a debatir de una vez por todas. No tenemos que esperar al 1-O", dijo Sánchez.

El secretario general del PSOE reprochó además a Rajoy que "aspire a gobernar España sin Cataluña" y haya "abandonado a toda la población catalana, independentistas y no independentistas", mientras el PSOE "quiere gobernar España con Cataluña y los catalanes" y convertirse en la "gran avenida de la política y el encuentro que desborde la vía estrecha, unilateral e ilegal que plantea el independentismo".