La militancia del PSOE tiene 60 años de media y es poco participativa, con tasas de asistencia muy bajas a las reuniones internas y renuente a abrir incluso los correos electrónicos que le envía el partido. Esos son algunos de los rasgos del afiliado medio socialista a tenor de la radiografía realizada por el sociólogo José Félix Tezanos, secretario de Estudios y Programas en la Ejecutiva de Sánchez, y el diputado César Luena, antiguo secretario de Organización, en el libro "Partidos políticos, democracia y cambio social". El envejecimiento de las bases es uno de los principales desafíos que tiene que afrontar el PSOE, una tendencia acrecentada por la merma de las Juventudes Socialistas, que perdieron un 20% de sus militantes en los últimos años.

Tezanos y Luena proponen nuevas formas de afiliación, más flexibles para permitir al ciudadano participar en procesos determinados, como las primarias, la revisión de las cuotas y la reorganización interna orientada a recuperar el voto urbano. Desde 1997, el PSOE perdió casi dos millones de votos solo en Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza. Los autores del libro sostienen que si los partidos no se renuevan y asumen que existe nueva ciudadanía activa, que exige más calidad democrática, estarán abocados a la irrelevancia.