El rechazo al Tratado de Libre Comercio entre Canadá y la Unión Europea es el primer giro político de los socialistas tras la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del partido. El PSOE anunció ayer que retira su respaldo al acuerdo comercial, tras aprobarlo, junto con PP y Ciudadanos, en la comisión de Exteriores del Congreso. "No lo vamos a apoyar", avanzó ayer la nueva presidenta del partido, Cristina Narbona, para quien esos acuerdos internacionales tienen que redefinirse "para no concentrar más poder en las grandes corporaciones a costa de derechos de los ciudadanos". Una de las resoluciones de reciente congreso del partido apunta que los socialistas suscribirán ese tipo de convenios "con condiciones y regulaciones que aseguren la universalización de derechos y con las protecciones sectoriales sensibles en cada caso".

El voto de los diputados del PSOE, cuando el acuerdo se someta al Congreso, está todavía por definir. El lunes, la nueva dirección resolverá si se abstienen -lo más probable- o votan en contra del tratado comercial.

La semana próxima, Sánchez asumirá de lleno la nueva agenda del partido con el encuentro con los líderes de Podemos y Ciudadanos, a quienes propondrá crear un frente parlamentario común para los que denomina el "rescate de los jóvenes". Sánchez e Iglesias hablaron ayer por teléfono durante media hora y se emplazaron para el martes en el Congreso. En un comunicado conjunto, el secretario general valoró "muy positivamente" la conversación para crear un espacio de diálogo que "impulse alternativas parlamentarias" a la acción de Gobierno de Mariano Rajoy. Pablo Iglesias, por su parte, celebra la invitación de Sánchez al diálogo y anticipa que su próximo encuentro es un primer paso hacia una colaboración para construir una alternativa al PP.

La conversación entre Sánchez y Rivera fue más breve, apenas diez minutos en los que el "número uno" de Ciudadanos insistió a su homólogo del PSOE en que la próxima reunión, en fecha todavía por concretar, debe servir para hablar de "puntos en común" en la acción parlamentaria y de reformas en las que su formación y los socialistas puedan estar de acuerdo.

Para el portavoz del PP, Rafael Hernando, esos encuentros son "un mero teatrillo" montado por Sánchez, idéntico al que obligó a repetir las elecciones en 2016.

La próxima semana estará marcada por los encuentros políticos, después de que la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, anunciara la intención de Rajoy de hablar con Rivera y Sánchez. La vicepresidenta desvinculó estos encuentros de los que tiene programados el líder socialista y los atribuyó "a la normalidad del diálogo entre grupos parlamentarios".