El "rescate de los jóvenes" es el primer objetivo de la colaboración parlamentaria que Pedro Sánchez propone a Podemos y Ciudadanos. En el encuentro con los integrantes de los grupos del PSOE en el Congreso y el Senado -marcado por cierta frialdad, que deja en evidencia la persistencia de las diferencias internas- el líder socialista estableció las prioridades de la agenda del partido y anunció su intención de abrir con Pablo Iglesias y Albert Rivera la que denominó "mesa del cambio", orientada a rectificar las políticas del PP con iniciativas parlamentarias.

La realidad de los jóvenes españoles es "muy dura", afirmó Sánchez ante diputados y senadores socialistas. Esa difícil circunstancia queda en evidencia por lo tardío de su edad media de emancipación, treinta años, o por el hecho de que el 75 por ciento de ellos sufra desempleo, precariedad o se vea obligado a emigrar. Para poner fin a ese estado de cosas, el secretario general del PSOE considera "fundamental acabar con el becariado" y con "los trabajos no remunerados".

La vicesecretaria general, Adriana Lastra, encabezará el grupo de trabajo designado por Sánchez para negociar con Podemos y Ciudadanos una iniciativa parlamentaria conjunta para el "rescate a los jóvenes", propuesta que fue acogida con cautela por la formación morada y con críticas por Ciudadanos.

En el encuentro con los integrantes de los grupos socialistas, Sánchez fue recibido con un aplauso por la mayoría de los parlamentarios socialistas puestos en pie. El nuevo líder del partido saludó uno por uno a los representantes institucionales antes de dirigirse a ellos para dejar claro que su único competidor político es el PP y su objetivo llegar a La Moncloa. "Nuestra prioridad es cambiar a este gobierno y sus políticas", señaló antes de exigir "decencia" al presidente Rajoy, a quien acusó de "permitir y facilita la corrupción", además de propiciar "la impunidad y la falta de ejemplaridad en la política".

Algunos de los asistentes aseguraban ayer que el encuentro con los parlamentarios fue frío, marcado todavía por la división que dejó en los grupos la pugna interna por la secretaría general.

El secretario de Organización, José Luis Ábalos, expuso los nuevos nombramientos de la ejecutiva para la dirección de los grupos parlamentarios, cuyos miembros los refrendaron por asentimiento. Ello no impidió que surgieran objeciones a la designación de Margarita Robles como portavoz en el Congreso.

El diputado por Ávila Pedro Muñoz advirtió que, según el reglamento, una independiente como Margarita Robles no puede ser la portavoz en el Congreso. Ábalos le replicó que existen precedentes como el del fallecido José Antonio Alonso, que ejerció la portavocía en la época de Zapatero sin estar afiliado al partido. Alonso fue militante socialista hasta su acceso a la judicatura.

La división interna se dirime ahora en los distintos congresos regionales. El primero de ello será, a finales de julio, el de los socialistas andaluces. La presidenta Susana Díaz formalizó ayer su concurrencia junto a otro precandidato, Francisco Tirado, militante de Linares (Jaén), afín a Pedro Sánchez. Ambos tendrán que reunir ahora los avales necesarios para convertirse en candidatos formales. "Gobernar en su tierra y no marcar la pauta al partido" es el papel que les corresponde a los "barones", afirma el portavoz del PSOE, Óscar Puente.