"Lloramos como magdalenas y Pedro también lloró", recuerda Pilar Cancela, nacida en Alemania hace 50 años, al rememorar el 29 de octubre de 2016, el día en que Pedro Sánchez dimitió como diputado para no tener que participar en la votación de investidura de Mariano Rajoy. Antes de bajar al registro, presentar su renuncia y anunciar su decisión a la prensa, Pedro Sánchez estaba en su despacho. Solo le acompañaban dos personas. Adriana Lastra, que será la número dos del PSOE, y Pilar Cancela. "Nos comunicó su decisión de irse. Fue un momento duro y muy triste. Nunca lo olvidaré", apunta.

La diputada compostelana, licenciada en Derecho y funcionaria de carrera en el Cuerpo Superior de la Administración gallega, recuerda que ni Lastra ni ella le acompañaron en su comparecencia pública, pero se quedaron en el despacho viendo por televisión su intervención ante los periodistas. "Y llorando sin parar", apunta.

Cancela, que fue secretaría xeral del Consello Galego de Relacións Laborais y directora xeral de Relacións Laborais con los Gobiernos de Fraga y Touriño, ya formó parte del gobierno en la sombra que montó Sánchez siendo candidato a presidente y posteriormente la eligió para presidir la Comisión de Igualdad del Congreso.