La sustitución de cinco miembros del Gobierno de Susana Díaz tiene como objetivo de afrontar la segunda parte de su mandato. La presidenta andaluza defendió ayer la remodelación como "un gran cambio para una legislatura muy importante", en la que se puede demostrar que "la recuperación se puede gestionar de manera distinta a lo que nos está vendiendo la derecha". Los cambios se producen tras la derrota de Díaz en la batalla interna del PSOE, que la llevó a refugiarse en su territorio y en sus responsabilidades institucionales.

En la toma de posesión de los miembros de su nuevo gabinete, Díaz aseguró que el nuevo Ejecutivo "viene a tomar impulso y dar fortaleza" y pidió a sus integrantes disposición al diálogo para aprovechar "al máximo" la recuperación económica.