El traslado de los restos del general Sanjurjo y su entierro en el panteón de Regulares de Melilla "no generó gasto alguno a las arcas del Estado" porque los familiares del militar golpista sufragaron toda la operación. Así consta en la respuesta del Gobierno a cuatro senadores. Los restos fueron exhumados del Monumento a los Caídos en Pamplona por una decisión del Ayuntamiento, gobernado por Bildu, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

Posteriormente, dichos restos se inhumaron en el Panteón del Regimiento de Regulares de Melilla, sin que la operación en su conjunto supusiera desembolso alguno de dinero público. El Gobierno confirma la asistencia del comandante general de Melilla "como cortesía militar" a un entierro que califica de acto privado y sin ceremonia militar.

Sanjurjo (Pamplona, 1872-Estoril, 1936) protagonizó un golpe de Estado fallido en 1932, conocido como "Sanjurjada", tras el que tuvo que exiliarse en Portugal, donde falleció en un accidente de avión después de despegar de Estoril rumbo a Burgos, a donde iba para sumarse al levantamiento de 1936 que respaldaron otros militares como el general Mola.