Cualquier referéndum tendrá que "llevarse a cabo de acuerdo con las autoridades españolas" y "de plena conformidad con la Constitución y la legislación aplicable". La Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa, contesta en estos términos a la carta en la que el presidente catalán, Carle Puigdemont, comunicaba a la entidad la intención de su Gobierno de celebrar un referéndum acordado con el Ejecutivo de España y pedía contar con su colaboración. Como ya ocurriera meses atrás, el pronunciamiento de la Comisión de Venecia lejos de propiciar una acercamiento de posturas sobre la situación catalana desata interpretaciones absolutamente opuestas. Puigdemont considera que da la razón a los soberanista mientras que para el PP se trata de un varapalo a las pretensiones del independentismo.

En los dos párrafos de su escrito de respuesta a Puigdemont, Gianni Buquicchio, presidente de la a Comisión de Venecia, organismo asesor con sede en Estrasburgo, apunta que la entidad que encabeza "ha enfatizado consistentemente la necesidad de que cualquier referéndum se lleve a cabo en pleno cumplimiento con la Constitución y con la legislación aplicable". El presidente de la que, oficialmente, se conoce como Comisión Europea para la Democracia a través del Derecho, confía en que Puigdemont sea "consciente" de que tanto la voluntad de celebrar un referéndum como de cooperar con la entidad debe llevarse a cabo de acuerdo con las autoridades españolas.

Para el presidente catalán, la respuesta de la Comisión de Venecia "avala nuestra posición y hace un emplazamiento implícito a negociar el referéndum". En la misma línea, el coordinador organizativo del PDeCAT, David Bonvehí, interpreta que el órgano consultivo del Consejo de Europa ratifica el referéndum acordado que defiende su formación y que "lo único que falta es voluntad política" por parte del Gobierno central para cumplir con los requisitos expuestos en la carta.

Desde el PP, la lectura de la misiva es la opuesta. Así el líder de los populares catalanes, Xavier García Albiol, considera que se trata de una "patada en el trasero" a Puigdemont y a su vicepresidente, Oriol Junqueras, "en sus ansias de internacionalizar" un proceso independentista que "desprestigia a las instituciones catalanas".

Fechas críticas

Este cruce de interpretaciones se produce cuando el proceso catalán ha entrado ya en un momento crítico y Puigdemont podría anunciar en los próximos días la fecha y la pregunta del referéndum independentista. En respuesta a una invitación de los populares, y pese a considerarla "poco seria", al presidente de la Generalitat se muestra dispuesto a debatir en el Congreso de los Diputados cara a cara con el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre la consulta catalana pero sólo lo haría después de haber fijado la agenda el referéndum. Puigdemont advierte que en ningún caso acudirá a la Cámara Baja a pedir permiso para convocar el referéndum y rechaza participar en lo que considera "una maniobra de escarnio para que el Parlamento español cierre las puertas al deseo de los catalanes de decidir" su futuro político.

En esta encrucijada, el PSC se postuló ayer como el partido de quienes "sean de izquierdas y no seas independentistas". Los socialistas catalanes defienden la solidez de su proyecto frente "al lío que tienen los comunes" de Ada Colau y Xavier Domènech.