Susana Díaz quiere evitar que Pedro Sánchez caiga en la tentación de ir a por los liderazgos territoriales en manos de algunos de quienes precipitaron su caída en octubre del año pasado. En la primera conversación que mantuvo con su rival en las primarias desde la derrota del 21 de mayo, la presidenta andaluza pidió al nuevo secretario general del PSOE que respete todos los territorios y en particular Andalucía. Con una conversación telefónica de apenas diez minutos, Sánchez cerró con Susana Díaz la primera ronda de contactos con los líderes territoriales del partido, con algunos de los cuales tendrá que recomponer unas relaciones políticas rotas por la crisis interna. Tras meses de enfrentamiento, el nuevo líder socialista mantuvo en los últimos días contactos con los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Extremadura, Guillermo Fernández-Vara; Comunidad Valenciana, Ximo Puig; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y Aragón, Javier Lambán. Todos ellos le garantizaron que en el próximo congreso federal apoyarán la ejecutiva que proponga el secretario general. La ronda de contactos se cerró ayer con Susana Díaz, así como con la secretaria general del PSE, Idoia Mendia; el líder del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, y con el de Ceuta, Manuel Hernández.

La idea del Estado plurinacional que Sánchez quiere sacar adelante en el congreso es el principal punto de fricción con algunos dirigentes territoriales, en especial con los presidentes autonómicos socialistas que apoyaron a Díaz en las primarias. La introducción del concepto de plurinacionalidad obligaría a modificar el artículo 2 de la Constitución y está fuera de la Declaración de Granada, el marco de referencia de los socialistas respecto a la cuestión territorial, que podría sufrir modificaciones en el congreso. El PSOE andaluz anticipa que sus delegados defenderán el documento de Granada, pero su consigna en el cónclave del 17 y 18 de junio próximos es "ruido cero" y pasar "desapercibidos" en la medida de lo posible.

Díaz no tiene intención de confrontar con la nueva dirección federal por cuestiones programáticas. En una disposición más beligerante se encuentran el aragonés Lambán y el castellano-manchego Page, quien se muestra dispuesto a "no tragar con ruedas de molino" en la cuestión de la plurinacionalidad. Lambán es partidario de plantear este "importante debate con la serenidad y el análisis necesario". El extremeño Fernández Vara, por su parte, mantiene su postura de que no se pueden otorgar privilegios a unas regiones sobre otras.

El valenciano Ximo Puig, al que Sánchez llamó tres días después de las primarias en respuesta a su mensaje de felicitación, asegura también que la conversación entre ambos fue "absolutamente cordial" y transcurrió "en muy buen tono". Defensor a ultranza del federalismo, Puig considera la idea de la plurinacionalidad como "puro nominalismo". Los delegados de los socialistas valencianos tienen autonomía para defender en el congreso la posición que mejor consideren.

En sintonía con el planteamiento plurinacional, que la mayoría que ahora respalda a Pedro Sánchez espera introducir en la ponencia marco del cónclave del PSOE, se encuentran la presidenta balear, Francina Armengol, y la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia.