El Rey elogió ayer la labor diaria de los militares en favor de la seguridad y la libertad de los españoles en la celebración del Día de las Fuerzas Armadas, que tuvo lugar en Guadalajara y retomó su brillantez, con desfiles aéreo y terrestre, y que sirvió de homenaje a las víctimas del accidente del "Yak-42".

La parada militar contó unos 2.500 militares, con carros de combate, blindados y aeronaves. La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y la nueva cúpula militar asistieron por primera vez a este acto, que después de cuatro años consecutivos celebrándose en Madrid por motivos de austeridad, se trasladó a Guadalajara.

Con el doble de presupuesto que el año pasado, el espectáculo aéreo volvió al desfile con 63 aviones y helicópteros, entre ellos el avión de transporte A400M, y terrestre, con 160 vehículos, incluidos carros de combate Leopard y vehículos blindados Pizarro. Miles de personas presenciaron el desfile que se desarrolló con fuertes medidas de seguridad.

Los Reyes fueron recibidos con aplausos y vítores a su llegada al lugar del desfile. El monarca vistió uniforme del Ejército de Tierra pese a que por rotación le correspondía el de la Armada. Fue así porque este año se cumplen 40 años de su ingreso en el Regimiento de Infantería "In Memorial" del Rey nº1, con tan solo diez años, cuyo distintivo portó como máximo representante de las Fuerzas Armadas.

La titular de Defensa recomendó no contraponer la política social con la de defensa porque "una buena defensa, una buena seguridad y la convivencia en paz son fundamentales para disfrutar de nuestros derechos". Cospedal ratificó que España va a cumplir con su compromiso de aumentar el gasto en defensa hasta un 2% del PIB, como exige el presidente de EE UU, Donald Trump, pero ya adquirido por los países de la OTAN en 2014.