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Primer y único debate de las primarias socialistas

Díaz promete irse "sin fracturar el partido" si es elegida líder y el PSOE "no remonta" en las urnas

-Sánchez pide elegir entre "curar o cronificar" la abstención a Rajoy y la presidenta andaluza le espeta: "Tu problema no soy yo, eres tú" -López: "Si no arreglamos la división, podemos desaparecer; hay que poner voluntad para integrar al que no gana, no basta ser leal"

Susana Díaz y Pedro Sánchez se besan, en presencia de Patxi López, antes del comienzo del debate en la sede del PSOE en la calle Ferraz. // Efe

Venía con el anuncio preparado y no tardó mucho en soltarlo. Mediado el primer bloque del debate en el que ayer se midió con Pedro Sánchez y Patxi López, sus rivales en las primarias socialistas, Susana Díaz prometió que si es elegida secretaría general el próximo domingo, y bajo su liderazgo el PSOE "no remonta" en las urnas, se marchará "sin hacer ruido ni fracturar el partido".

Fue, además de un anuncio, un reproche dirigido a Sánchez. Uno de los muchos que le lanzó durante un debate del que López salió reforzado debido, precisamente, al espacio que le dejaron el ex secretario general y la presidenta andaluza con sus disputas, en algunos momentos verdaderamente tensas; así, cuando Díaz le espetó a Sánchez: "Tu problema no soy yo, eres tú. El problema eres tú, y cuando la gente no se fía de ti, deberías hacértelo ver".

El exlíder socialista respiraba por la herida. El tormentoso comité federal del 1 de octubre de 2016, cuando fue apeado del cargo, impregnó cada una de sus intervenciones. Y con el recuerdo de ese día, volvía también su numantina defensa del "no es no" a Mariano Rajoy. De hecho, incluso antes de anunciar -como también traía preparado- que si es elegido secretario general lo primero que pedirá es la dimisión del presidente del Gobierno, circunscribió la decisión que los 187.000 militantes del PSOE deben tomar este domingo a una disyuntiva: "O curar o cronificar la abstención a Rajoy".

Por el ancho camino que la tensa discusión entre Sánchez y Díaz le dejaba expedito, circuló casi a placer el exlendakari, que ya en el minuto uno del debate pidió "el voto más útil" de los afiliados para derrotar a la derecha, evitando "derrotarnos entre nosotros". Siempre que pudo, López enarboló la bandera de una unidad que los rifirrafes entre los otros dos aspirantes revelaron prácticamente imposible de alcanzar si cualquiera de ellos gana la secretaría general.

Les advirtió, entonces, que el cargo por el que rivalizan "no es un billete a la Moncloa". Y siguiendo en el mismo tono admonitorio: "Si no arreglamos el problema de la división, podemos incluso desaparecer". Así que cerca ya del final del debate, el expresidente del Congreso hizo su apuesta final por la unidad: "No basta con ser leal, hay que poner voluntad para integrar al que no gana, no podemos repetir congresos como los anteriores, donde gana uno y otra parte se organiza como oposición interna".

López también rechazó la nueva oferta que le lanzó Sánchez para sumar fuerzas. Y con sentido del humor, algo que escaseó durante todo el debate. Fue cuando el ex secretario general quiso garantizarle que sus ideas, las de López, estaban incluidas en el programa "sanchista". "Me parece muy bien que si no tenías ideas cogieras las mías; son las que siempre he defendido, yo no las cambio", le respondió, mordiente, el exlendakari, que, finalizando el segundo bloque del debate, el económico y social, confesó su hartazgo con "calificativos como traidores, ratas..."

Pero el interés estaba ayer puesto en el "cara a cara" entre Díaz y Sánchez. Y ambos se ciñeron al guion. Sánchez, con sus continuas críticas a la abstención que hizo presidente de nuevo a Rajoy, y Díaz justificando que tal decisión se tomó, no por el bien del país o de las instituciones -no se valió de ese argumento-, sino porque, con 85 diputados, "la raíz del problema", el PSOE no tenía opciones de gobernar, de lo que culpó directamente al ex secretario general: "El PP es un partido tóxico, infame, pero no es tonto ni masoquista tampoco, y sabe perfectamente lo que le conviene: un candidato al que cada vez que se ha presentado le ha sacado una ventaja mayor".

Y a renglón seguido fue aún más dura: "Hemos dado muchos bandazos, la gente no sabía lo que votaba. Tú no eres pro-Podemos, eres pro-Pedro Sánchez, defiendes lo que te viene bien (...) Has entrado y salido de la Declaración de Granada, Pedro".

Aquí se enzarzaron sobre la cuestión territorial. Díaz afeó a Sánchez que tenga "una visión diferente de España cada día de la semana" o "diecinueve, una por cada comunidad o ciudad autónoma". Y poco antes se había avenido a reconocerle su "imaginativa" idea de la "nación de naciones cultural". El ex secretario general se defendió recordando que Díaz votó a favor del Estatuto catalán en 2006 y que en 2014 admitió que el término nación puede ser objeto de negociación. "Hay una única soberanía", pero hay que "reconocer una mayor pluralidad", expuso, tras de lo cual quiso recordarle a su rival que ni el vasco ni el catalán ni el gallego "son acentos", sino idiomas. López terció en la disputa afirmando que, para un socialista, "un país, antes que una nomenclatura, es un pacto entre ciudadanos libres e iguales".

Otro momento tenso del debate sobrevino cuando, al poco de comenzar, Sánchez acusó a Díaz de no haber sido leal con él y haber cuestionado su liderazgo desde el principio. Si se hace eso, le reprochó, "debilitamos a nuestra organización y damos armas a la derecha mediática y política".

Además, en respuesta a las críticas a sus dos resultados electorales ante Rajoy, Sánchez contraatacó con numerosos "estudios sociológicos" que demuestran "abrumadoramente" que ella es la candidata favorita de los votantes del PP, mientras que él lo es de los votantes del PSOE. "Al PP hay que hablarle de frente, no de lado y nunca desde abajo".

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