Las primarias del PSOE ya tienen una tercera en discordia. La presidenta de la Junta de Andalucía y de los socialistas de esa región, Susana Díaz, quien presentó ayer su candidatura en Madrid, en un acto al que asistieron unas 4.500 personas -9.000, según el equipo de la aspirante-, entre ellas numerosas figuras históricas del partido como Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba o José Bono.

También se encontraban relevantes barones socialistas como los presidentes de Valencia, Ximo Puig; Aragón, Javier Lambán; Castilla-La Mancha, Emiliano Fernández-Page; y Extremadura, Guillermo Fernández Vara. La presidenta andaluza se medirá en las primarias del próximo mayo con el ex secretario general socialista Pedro Sánchez y con el exlendakari Patxi López.

Díaz anunció, "feliz" y con "orgullo", su candidatura y dijo que ha dado el paso adelante "por el PSOE y por España", para "ganar" las próximas elecciones generales y para garantizar que el PSOE tiene un proyecto "autónomo" y se mantiene como un partido que "no se entregue al modelo de otros", en referencia a las alianzas con Podemos que defiende Pedro Sánchez. Sin nombrarlo, Díaz criticó la candidatura de este último, a quien atribuyó "el voto del rencor y el resentimiento". Además, proclamó que "más a la izquierda del PSOE no hay ninguna izquierda transformadora".

"Quiero ganar las primarias y las elecciones, pero no quiero el poder a cualquier precio", aseveró Díaz, quien, en un discurso de casi una hora, reclamó unas primarias "limpias", que no se conviertan en una "carrera de agravios ni de 'marketing', y apeló al apoyo de los "socialistas que van con luces largas".

Una y otra vez reivindicó Díaz las "raíces" de su partido, el orgullo de su historia y el legado de González y de Rodríguez Zapatero. "A nosotros no se nos ocurrirá quitar a nadie de una fotografía, ni ocultar parte de nuestra historia ¡queremos que se sepa!", clamó.

En el esbozo de su proyecto para España, Susana Díaz destacó tres desafíos: la lucha contra la pobreza y la desigualdad, contra los populismos y contra los nacionalismos. "Que nadie levante ni muros ni barreras", reclamó, antes de denunciar duramente "ese populismo que tanto daño hace, que siembra la ira, el rencor, que enfrenta a los ciudadanos, a los países, a las civilizaciones".

Díaz tuvo guiños al PSC y a sus militantes y, aunque no citó el órdago soberanista expresamente, recordó que los socialistas tienen un modelo federal de país recogido en la llamada Declaración de Granada. "Sabemos que la diversidad nos hace fuertes, que el respeto nos hace dignos y que la igualdad nos hace mejores", dijo, y apostó por un cambio federal "para todos los pueblos de España, con sus singularidades, sus identidades, con una financiación solidaria y justa, con igualdad y respeto colectivos".

Presentó a la candidata el diputado vasco Eduardo Madina, coordinador de la ponencia política que se debatirá en junio en el 39.º congreso del PSOE. Madina, cuyo intento de hacerse con la secretaría general socialista fue cortado en 2014 por el apoyo de Díaz a Pedro Sánchez, afirmó: "Si yo entro en un pabellón como éste y veo a miles de militantes de mi país y veo a Felipe y Alfonso, a Bono, a Matilde (Fernández, exministra) y a Zapatero, a Chacón y a Rubalcaba, entonces estoy yo. Porque está Susana. Porque es mi sitio. Estoy yo, este es mi partido", proclamó.