El anuncio de que Susana Díaz presentará su candidatura a las primarias del PSOE despeja de forma definitiva una de las grandes incógnitas de la política española en los últimos meses. La presidenta andaluza (Sevilla, 1974), uno de los principales activos del Partido Socialista, da el salto a Madrid, una maniobra gestada con la misma habilidad con la que ha cimentado su veloz carrera política.

En las primarias aguardan ya Pedro Sánchez, al que la presidenta andaluz hasta su dimisión, y Patxi López, con el que mantiene una correcta relación, aunque con discrepancias. El PSOE celebrará estas elecciones en el mes de mayo y deja para un mes después -el 17 y 18 de junio- su Congreso Federal.

Díaz ha labrado su trayectoria política en Andalucía, donde ha alcanzado la cúspide partiendo desde la base. Hija de una trabajador del sector de la fontanería, con 17 años ingresó en las Juventudes Socialistas y con apenas 25 ya era concejal del Ayuntamiento de Sevilla. Al mismo tiempo, estudiaba la carrera de Derecho, un período que compatibilizó con la impartición de clases y la venta de productos cosméticos a domicilio, la única actividad laboral que ha realizado fuera del PSOE.

Diputada y senadora

Su destreza para saber posicionarse dentro de la siempre cambiante realidad de un partido político le permitió alcanzar el Congreso de los Diputados con 30 años. Fue diputada por Sevilla en la primera legislatura de Zapatero, que la ha apoyado públicamente en la carrera interna del partido -también Felipe González-, y después senadora (2011-2012).

Regresó a Sevilla, donde el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, la situó como su mano derecha, en la Consejería de Presidencia, en 2012. Un año después, fue nombrada presidenta andaluza después de la renuncia de Griñán, desgastado por el caso de los ERE.

En 2015, después de casi dos años en el poder, rompió el pacto de gobierno con IU y convocó elecciones, no sin antes asegurarse de haber instalado en la política andaluza un fuerte perfil propio, con influencia y ascendencia sobre todas las ramificaciones del poder, tanto en las decisiones del propio Ejecutivo andaluz como dentro del PSOE autonómico. El empuje de Podemos mermó su triunfo electoral, razón por la que necesitó el apoyo de Ciudadanos para ser escogida presidenta de nuevo.

Casi al mismo tiempo que operaba en Andalucía, Susana Díaz empezó a tejer una red de complicidades en la estructura nacional del PSOE. Desbrozó el camino para que Pedro Sánchez no encontrase problemas a la hora de captar el apoyo de los militantes andaluces en las primarias de 2014, un movimiento con el que creyó obtener el respaldo de Sánchez a sus pretensiones futuras. Se equivocó, y el desacuerdo entre ambos se acrecentó, alcanzando el punto álgido con la negativa de Sánchez a facilitar la investidura de Mariano Rajoy.

Devota de la Virgen del Rocío y forofa del Betis, Díaz ha sabido desligar su figura del debilitamiento sufrido por el PSOE andaluz por el caso de lo ERE. Como dirigente, ha sabido hacer girar la atención de la opinión pública hacia los asuntos sociales, como la defensa de la educación y la sanidad públicas. Con esta misma estrategia empieza su camino hacia la secretaría general del PSOE.

Siete curiosidades sobre Susana Díaz

  • Se crió en el barrio sevillano de Triana, donde sigue viviendo actualmente
  • Está casada con José María Moriche y es madre de un niño
  • Es la mayor de cuatro hermanas
  • Fue delegada de su clase tanto en su instituto como en la universidad
  • Es licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla
  • Felipe González y Alfonso Guerra son dos de sus grandes referencias políticas
  • Es una apasionada de la Semana Santa y de la Feria de Abril