La candidatura de Susana Díaz a las primarias del PSOE reabre, de nuevo, el conflicto entre la presidenta andaluza y Pedro Sánchez, el exsecretario general que aspira a recuperar el liderazgo del que fue despojado, entre otras razones, por la postura de ella misma.

Las razones de la enemistad política entre ambos surgen en 2014. Un Pedro Sánchez muy desconocido fuera de Madrid decide presentarse al proceso de primarias por la secretaría general competencia con Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.

Primarias para las elecciones

Díaz acuerda con Sánchez hacer campaña por él entre los militantes andaluces a cambio de que él respaldara una futura candidatura de la presidenta andaluza a las primarias para las elecciones generales de 2015. Sánchez gana, pero el compromiso con Díaz queda aparcado meses después, lo que irrita al equipo de ésta y a otros destacados nombres del entorno socialista, como José Luis Rodríguez Zapatero.

Artículo 135 de la Constitución

Al expresidente del Gobierno y a Díaz no les gustó tampoco que una de las primeros anuncios de Sánchez fuese el de expresar su disgusto con la reforma del artículo 135 de la Constitución, la modificación ´exprés´ de 2011 que consagró, por presiones de Bruselas, que la estabilidad presupuestaria y el control de la deuda pública deben ser, al precio que sea, objetivos inexcusables de las políticas económicas de los Gobiernos.

Diálogo con Podemos

Otra de las razones del desacuerdo entre Sánchez y Díaz tuvo que ver con la política de pactos que estableció el secretario general. La apertura de un diálogo con Podemos no gustó a la presidenta andaluza, que siempre ha visto a la formación morada como un rival electoral. Díaz apostó desde el principio por un pacto con Ciudadanos para gobernar Andalucía, huyendo de la estrategia de Sánchez, percibida como rupturista por el entorno de la líder andaluza.

Distanciamiento con Griñán y Chaves

La imputación de los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán fue otro de los motivos del distanciamiento. Pese a que Sánchez les expresó en un primer momento su apoyo y manifestó su confianza en la honestidad de ambos, enfrió su compromiso de manera paulatina, algo que irritó a Susana Díaz, que siempre ha optado por mantener una mayor vinculación con dos dirigentes que - en especial Griñán - siempre le transmitieron su respaldo.

Críticas de Sánchez a Felipe González

Unas palabras del expresidente del Gobierno, Felipe González, en las que indicaba que "nunca" había creído que Jordi Pujol fuese un corrupto activaron una inesperada reacción de Pedro Sánchez, que señaló su deseo de que algunos dirigentes del PSOE -sin citar nombres- estuviesen "más calladitos". Meses más tarde, González se revolvería contra Sánchez. "Me siento engañado. Sánchez me dijo que se iba a abstener", indicó, aludiendo a la negativa de Sánchez a permitir la investidura de Rajoy, otro aspecto que también reclamaba Susana Díaz.