5.000 euros. Es el precio que este sábado pagó un particular para adquirir el Audi A8 que la Generalitat valenciana compró en el año 2005 con Francisco Camps de presidente para ser utilizado como vehículo oficial. El turismo fue posteriormente usado por Alberto Fabra y estaba en desuso desde junio de 2014. Su nuevo dueño pagó por el turismo el precio inicial de tasación. El coche ha recorrido un total de 554.000 kilómetros y su coste inicial para la arcas de la Generalitat fue de 85.400 euros.

Y es que el Consell se "desprendió" de un total de cinco automóviles en una subasta pública convocada en el salón de actos de la ciudad administrativa 9 de Octubre. Todas las unidades datan de anteriores ejecutivos del PP y su precio global de venta fue de 13.650 euros, un 18 % superior a su importe de tasación.

Solamente se declaró desierta la venta de un Audi A6, que salía con un precio inicial de 10.000 euros y, según las fuentes consultadas, "era el que mejores condiciones presentaba".

Así, junto al Audi A8 de Camps también fueron "liquidados" un A4 comprado en 2005 por 4.600 euros -600 más que su precio inicial-, un Ford Mondeo por 1.400 euros -tasado en 1.000 euros-, un Ford Focus por 1.350 euros (valía 750 al inicio) y otro Ford Mondeo por 1.300 euros, valorado de forma inicial por 800 euros.

El coche blindado de Zaplana

Además de los seis vehículos subastados por la Generalitat, en el parque móvil "heredado" se encontraba el Audi A8 blindado que se compró en 2001 bajo el mandato de Eduardo Zaplana con un coste de 302.000 euros.

Según detallaron las fuentes consultadas, este vehículo ha ido al desguace porque el coste de la reparación -cerca de 20.000 euros- superaba con creces su precio de tasación. En el grupo de vehículos también había otro modelo de Audi A4 -ambos vehículos eran utilizados por escoltas de los presidentes de la Generalitat- que no fue comercializado y acabó en la chatarra porque el coste de su puesta a punto era superior a su índice inicial de tasación.

Empar Martínez Bonafé, directora general de Sector Público, Modelo Económico y Patrimonio, explicó ayer que "los vehículos de la subasta representan el naufragio de la política de los anteriores gobiernos de la Generalitat, que gestionaron irresponsablemente los recursos públicos de todos los valencianos, gastando y despilfarrando sin control el dinero de todos, endeudándose sin pensar en las generaciones futuras y tirando con pólvora de rey mientras abocaban a la ruina a la C. Valenciana. Con esta subasta ponemos punto y final a la época de fastos".