Después de un fin de semana de euforia congresual, el PP se enfrentó ayer al tribunal de la Audiencia Nacional que juzga la trama Gürtel y en la que al partido en el Gobierno se le imputa ser beneficiario de más de 245.000 euros en la organización de actos electorales. En la misma sesión, la exministra de Sanidad Ana Mato respondió por idénticas acusaciones. La contestación "evasiva" de Mato y la negativa del partido a responder suponen implícitamente un reconocimiento de los hechos, según la tesis expuesta por la Fiscalía Anticorrupción en la sesión de ayer.

A Mato la Fiscalía le reclama 28.468 euros por fiestas infantiles, obsequios y atenciones recibidas de la trama, cantidad que ya consignó a modo de fianza antes del juicio. En su declaración ante el tribunal como responsable civil a título lucrativo, Mato explicó que el matrimonio compartía los gastos, de tal modo que era Jesús Sepúlveda, exalcalde de Pozuelo, que se enfrenta a 15 años de cárcel en el mismo proceso, quien sufragaba las celebraciones y los viajes en familia. "Del pago de las celebraciones infantiles" y de los viajes familiares "se encargó el señor Sepúlveda" y "si alguien se lo ha regalado se lo han regalado a él, no a mí", manifestó la exministra al tribunal.

Los gastos que ayer la llevaron ante la justicia se corresponden con viajes, la celebración de la comunión de su hija y fiestas de cumpleaños, todo ello responsabilidad de su exmarido, cuyas cuentas desconocía. Incluso ignoraba las retribuciones de Sepúlveda, con el que estuvo casada en régimen de gananciales y del que se separó en 2005. "Imagino que tenía un buen sueldo. Nunca se lo he preguntado", declaró la ministra. Rehusó hablar de los coches que la Gürtel le regaló a Sepúlveda, lo que para la Fiscalía constituye una respuesta "evasiva" y una señal de "resistencia a declarar".

El PP, el único partido español que hasta ahora se ha sentado en el banquillo como persona jurídica, se negó a declarar a través de su representante legal, el abogado y ex teniente fiscal de la Audiencia Nacional Jesús Santos, quien alegó que no tenía "nada que aportar".

"Esta representación legal no tiene nada que aportar, porque desconoce las circunstancias de los hechos objeto de acusación", dijo Santos cuando la fiscal Concepción Sabadell volvió a referir, como hizo con Mato, al artículo 700 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal porque la respuesta fue "evasiva" y la interpretó como una "resistencia a declarar".

En ese momento, apelando a ese artículo, pidió al tribunal que se le diera por "confeso", cosa que el magistrado presidente, Ángel Hurtado, hizo y le hizo saber al letrado que a partir de ese momento podía hacer lo que estimase conveniente, que fue negarse a contestar a las partes, que consignaron sus preguntas.

Para la Fiscalía Anticorrupción los hechos a los que se refieren las preguntas no contestadas se consideran por ley "reconocidos como ciertos". Por ello, la negativa del PP a declarar puede interpretarse como una confesión, lo que llevaría al partido a ser condenado como responsable civil a pagar un máximo de 245.492 euros, la cantidad que le pide la Fiscalía por los beneficios obtenidos a través de Gürtel para eventos electorales en Majadahonda y Pozuelo.

En la sesión declaró también Gema Matamoros, otra presunta beneficiaria de la trama Gürtel, por los viajes y regalos que recibió su marido, el exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega. Como ya hiciera Ana Mato, Matamoros aseguró que el matrimonio tenía repartidos los gastos, ella pagaba el "avituallamiento" familiar y su marido los viajes, algunos regalados por Correa. La fiscal hizo ver a Matamoros que a partir de 2005, cuando Ortega dejó de ser alcalde, sus gastos al año en viajes -de entre 8.000 y 36.000 euros desde 2000- cayeron drásticamente. Contestó que fue porque ambos perdieron sus trabajos -ella era concejala en Las Rozas- y que hasta entonces ganaban 24.000 euros al mes entre los dos. "Siempre hemos viajado, teníamos un nivel adquisitivo alto, la verdad es que lo fundíamos", manifestó Matamoros ante el tribunal. Sobre el bolso de 3.000 euros que le regaló Francisco Correa, Matamoros le quitó importancia asegurando que "era de tela, no de cuero".

"Lo tengo aquí si quiere que se lo enseñe; era un bolso de tela de Loewe, no de cuero de Loewe, tela de Loewe de la colección de primavera. No era un regalo desmesurado ni de locura, locura", dijo al respecto.

Pero la atención en el juicio estuvo ayer muy centrada en Francisco Correa y su número dos, Pablo Crespo, ya que pudo ser el último día que acudan a la Audiencia Nacional en condición de libertad.

Hoy tendrán que asistir en Valencia a una vista en la que la Fiscalía pedirá su ingreso en prisión tras su condena a 13 años por el caso Fitur (una vertiente de Gürtel) y ayer dijeron que tienen asumido que volverán a la cárcel, donde ya estuvieron tras su detención en 2009.