El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha instado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a ser "interlocutor activo" con Cataluña y no sólo con el presidente estadounidense Donald Trump, y ha salido en defensa del exmandatario catalán Artur Mas ante la "enferma" democracia española.

De forma inesperada antes del inicio de la sesión de control en el pleno del Parlament, Puigdemont ha pedido la palabra a la presidenta de la Cámara para "explicar la ausencia de la diputada Irene Rigau contra su voluntad", en alusión a la exconsellera que se enfrenta esta semana, junto a Mas y Joana Ortega, al juicio por la consulta independentista del 9N de 2014.

En lo que ha calificado de "juicio político" que "será juzgado por la historia", Puigdemont ha salido en defensa de los tres exdirigentes "acusados del delito de haber sido fieles al encargo del Parlament y de los catalanes", ha denunciado en una intervención de diez minutos que, a continuación, ha provocado que se abriera un turno de respuestas del resto de líderes de la oposición.

"La democracia española ha enfermado -ha señalado Puigdemont-. Quizás piensen que la curarán a base de amenazas e intransigencias, pero yo creo que será peor. Este juicio será juzgado por la historia como lo fue sentencia contra el Estatut y la negativa obtusa a dialogar sobre lo que pasa entre Cataluña y España".

Para el presidente catalán, "no querer hablar es una decisión errónea e irresponsable, porque es de esto de lo que tenemos que dialogar. Dialogar pide voluntad para hacerlo".

Aludiendo a la conversación telefónica que ayer mantuvieron Rajoy y Trump, Puigdemont ha interpelado al presidente del Gobierno: "Si uno se ve capaz de hacer de interlocutor con Trump, y todo lo que representa, con Europa, América Latina, Norte de África y Oriente Medio, debería ser aún más capaz de ser interlocutor activo con Cataluña".

Puigdemont ha resaltado que "no se puede hacer como si no pasara nada o mirar para otro lado" ante el juicio a Mas, y ha constatado que "una democracia que envía a juicio a los responsables políticos de una jornada tan edificante y sana como el 9N, que crea un sentido profundo y noble de ciudadanía, es una democracia que ha enfermado".

En una contundente intervención, Puigdemont ha advertido de que esta situación "viene de lejos", desde la Transición, y hay "poderes que siempre han estado ahí, aunque parecían que se habían apartado o reconvertido".

Una democracia española "incompleta y troquelada", ha calificado Puigdemont, a la que "no le importa lo que quieren sus ciudadanos", en la que el Gobierno "puede desobedecer cínicamente sentencias de tribunales y del Constitucional sin el más leve requerimiento de nadie" y en la que "se sienta a Mas por poner urnas pero se recoloca al ministro responsable del Yak-42 en el Consejo de Estado".

En la que, ha continuado, "se elaboran informes falsos y nadie sale sin una triste multa; se revela la conspiración del ministro de Interior y todo queda archivado; o se informa de cuentas en el extranjero de responsables policiales y ninguna unidad policial irrumpe en casa de nadie habiendo avisado a los medios antes".

Como también ha criticado que en esa "enferma" democracia de España "se pueda subvencionar a la Fundación Francisco Franco y homenajear a la División Azul, mientras se acusa de nazi al presidente de la Generalitat por poner las urnas".

"Dicen que todo esto es legal. Y dicen que, como es legal, es democrático. Y que el 9N, como creen que no era legal, ya no es democrático", ha lamentado Puigdemont, que ha ironizado que "con esos criterios", luchar hoy por la objeción de conciencia o los derechos de los homosexuales a adoptar sería "antidemocrático", u oponerse a un desahucio sería considerado "presión a la justicia". "Por eso ha enfermado la democracia española", ha sentenciado.