El líder de C's, Albert Rivera, vio ayer cómo su gestión recibía la aprobación del 97% de los 523 compromisarios que asisten a la IV Asamblea general del partido. No fue su única victoria, revalidado ya el liderazgo; además, el amplio respaldo que él y su equipo tienen entre los delegados les permitió rechazar todas las enmiendas a la totalidad presentadas contra su proyecto para dirigir la organización.

Para que su triunfo fuera total solo restaba que el cónclave naranja aceptara eliminar la etiqueta "socialdemócrata" que todavía define a la formación, y que esta pase a ser considerada "liberal progresista".

Así lo defiende Rivera y así, obedientes, lo votaron los compromisarios. Las dos enmiendas a la totalidad a la ponencia de valores que querían mantener el sello de "socialdemócrata" fueron rechazadas. Y como las otras cinco (tres contra la ponencia de estatutos y dos contra la de estrategia) por más del 92 por ciento de los delegados que participaban en las tres mesas de trabajo.

El presidente de Ciudadanos insiste en que es en "el centro político español" donde el partido puede progresar. "El futuro pasa porque el centro gobierne", dijo Rivera a los medios al término de la votación de su informe de gestión, pero dejando claro que este cambio ideológico no tiene carácter de "refundación". Se trata, explicó, de la evolución de un partido que, tras diez años de andadura política se posiciona en la centralidad y "no es ni socialista ni conservador", sino una fuerza "de centro, liberal progresista".

La idea de fondo es que Ciudadanos se redefina como "progresista" para ganar a los conservadores, pero siendo al mismo tiempo "menos intervencionista que el PSOE".

El partido, insistió, debe mantenerse en el centro "y no irse ni a la izquierda ni a la derecha", respondiendo de este modo a la corriente crítica Mejor Unidos, que representa a agrupaciones catalanas que no quieren que C's elimine de su ideario el origen socialdemócrata.

En su informe de gestión, el presidente de C's presumió del "peso nacional" que están teniendo las "reformas naranjas" promovidas por su partido y de ser una formación que no tiene deudas con las bancos y registra un superávit del 15 por ciento, lo que les garantiza no tener las manos atadas.

Rivera dijo que en el cónclave que arrancó ayer y acaba hoy en el Teatro Nacional de Coslada (Madrid) se marcan el reto de "ser más fuertes y poner rumbo a 2019", el próximo ciclo electoral con autonómicas y municipales, antes de las generales de 2020.

Tras diez años de recorrido político, Ciudadanos exhibe unas cifras y una implantación institucional que "ni en sus mejores sueños" se planteó en el cónclave anterior, de 2011 (celebrado como los anteriores en Barcelona), cuando la formación se marcó el objetivo de dar el salto a la escena nacional. Ahora cuentan con 93 diputados autonómicos, 1.527 concejales, 32 parlamentarios en el Congreso, tres senadores y dos eurodiputados.