Los más de 48 millones de euros que Luis Bárcenas llegó a reunir en sus cuentas de Suiza era un dinero que utilizaba "a modo de fondo de pensiones", resultado de una amplia variedad de operaciones económicas en el extranjero. El que fuera tesorero del PP aportó ayer, en su segundo día de declaración como acusado por el "caso Gürtel", detalles sobre las actividades que generaron su considerable fortuna, por la que nunca tributó, aunque no pudo aportar soporte documental alguno para sostener sus explicaciones y responder a la continua presión de la fiscal.

La de ayer fue la segunda jornada de declaración de Bárcenas y la trigésimo primera sesión del juicio por el "caso Gürtel", las actividades de las empresas de Francisco Correa vinculadas a la financiación ilegal del PP. El hombre que desde los años 90 tuvo en sus manos la economía de los populares se enfrenta a una petición de 42 años de cárcel.

Después de que la víspera reconociera que durante su etapa de tesorero en el PP manejaba una "caja b" que se nutría de las aportaciones de empresarios, el interrogatorio de ayer estuvo orientado esclarecer el origen de la fortuna personal que Bárcenas trató de poner a buen recaudo en bancos suizos.

Utilizaba ese dinero "a modo de fondo de pensiones" y era el resultado de una amplia variedad de negocios. Sus cuentas se nutrieron, según detalló de Bárcenas, entre otros conceptos, de los siete millones de euros que obtuvo en 2007 con la venta de acciones de Endesa "tras informaciones de que era una empresa opable".

También se dedicó a la comercialización de barricas de roble para el envejecimiento del vino para los mercados norteamericanos de Virginia y Kentucky. Hizo además de gestor de fondos de inversores uruguayos, de los que llegó a mover tres millones de euros que figuraban en sus cuentas. También medió en la venta a Mercadona de los limones que producía en Argentina otro exgerente del PP, Ángel Sanchís, actividad que, según declaró, llegó a generar 100.000 dólares mensuales.

Todo el relato con el que Bárcenas trató de poner en orden ante el tribunal sus actividades en el extranjero embarrancó por una carencia elemental: la falta de documentos que acreditasen las operaciones de las que hablaba. No pudo mostrar ni contratos ni ningún otro justificante. Y ello pese a que el extesorero del PP aseguró que ya en 2013 que aportaría una "documentación exhaustiva" sobre sus negocios.

El extesorero del PP afirmó que nunca viajó a Suiza con dinero y los ingresos en metálico los realizaba tanto él mismo como su "amigo" y supuesto testaferro Iván Yáñez, pero nunca su esposa, Rosalía Iglesias, a quien desvinculó en todo momento.

"Mi mujer, afortunadamente, en todos los temas relacionados con la economía, me firmaba los documentos", dijo para aclarar que cuando acudía a bancos suizos y lo acompañaba ella ni siquiera sabía que aquello era una entidad bancaria.

Durante el interrogatorio, la fiscal le preguntó si es cierto que el 12 de febrero de 2009, seis días después de que estallara el caso Gürtel, otorgó poderes a Yáñez para manejar sus cuentas en Suiza por "desavenencias" en el PP, tal y como reflejó su gestor suizo en un documento interno.

En ese momento, Bárcenas subió el tono de sus palabras y aseguró que es "absurdo" que "hayan querido sacar algo de donde no hay absolutamente nada" y que en todo caso lo que podía tener era "tensión profesional".