El PP de Madrid, cuya gestora dirige Cristina Cifuentes, llevará al congreso nacional del partido una enmienda a los estatutos y que reclama la elección directa del líder del partido, de forma que sean los militantes, y no los compromisarios, los que tengan la última palabra.

El equipo de Cristina Cifuentes busca dar una vuelta de tuerca a la propuesta de la ponencia de Fernando Martínez-Maillo, que consideran ya un paso muy importante por apostar por la elección en segunda vuelta, pero que creen aún insuficiente, y defienden que se cumpla la premisa de "un militante, un voto" en todas las fases del proceso para elegir al presidente nacional y a los regionales.

El consejero de Presidencia de la Comunidad y portavoz del Gobierno regional, Ángel Garrido, será el encargado de defender en el congreso esta enmienda que, según ha comentado en un encuentro con periodistas, aprobará el próximo jueves la gestora regional y se registrará en Génova previsiblemente el viernes -el plazo de presentación de enmiendas acaba el próximo lunes-.

Garrido no quiere llamar a esta fórmula "primarias", un término que tiene, ha admitido, connotaciones negativas como se ha comprobado en otros partidos como el PSOE, e insiste en llamarlo "elección directa del presidente" por parte de los afiliados.

El dirigente madrileño, que ya ha avanzado a Maillo el contenido de la enmienda -y dice que el vicesecretario de Organización no la ve mal-, confía en poder sacarla adelante, y recuerda que hay otra organización territorial importante, la valenciana, que también apuesta por la elección directa.

Para lograrlo, la modificación necesitaría el apoyo mayoritario de los compromisarios en el congreso -ya que todos ellos, 3.128, pueden votar la ponencia de estatutos, que se debatirá directamente en el plenario-.

El PP de Madrid cambia la segunda vuelta

La intención de la gestora del PP madrileño es contactar antes del congreso con el resto de organizaciones territoriales para recabar los apoyos necesarios.

En su propuesta, el PP regional respeta la primera fase tal y como la ha redactado el equipo de Maillo, pero cambia la segunda vuelta para dar la última palabra a los militantes.

En esta primera fase todos los militantes que se hayan inscrito previamente podrán votar en dos urnas a los candidatos a liderar el partido y a los compromisarios del congreso.

Se mantienen los requisitos previos para ser candidato -contar con el aval de cien militantes- y para la elección en primera vuelta, según los cuales la supera todo el que logre más del 10 por ciento de los votos.

También aceptan en el PP madrileño las condiciones por las que se proclamaría un candidato único: si en primera vuelta obtiene más de la mitad de los votos, lo logra en más de la mitad de las circunscripciones y aventaja en quince puntos al segundo.

Es la segunda vuelta lo que quiere cambiar el equipo de Cristina Cifuentes. Así, apuestan por que los candidatos que pasen a segunda vuelta defiendan sus programas el primer día del congreso y lo hagan incluso ya presentando al equipo que les acompañaría.

En la segunda jornada del cónclave se produciría la segunda votación por parte de todos los militantes. Se podría hacer en las distintas sedes territoriales o de forma telemática, dependiendo del método que se acordase.

Resultaría ganador -y por tanto nuevo líder del partido- quien obtuviera el mayor número de votos de la militancia, y no de los compromisarios del congreso como defiende la ponencia de Maillo.

Ángel Garrido ha insistido en subrayar que el vicesecretario de Organización ha sido el que ha dado el primer "gran" paso en este proceso para mejorar la democracia interna del PP, el artífice del "salto cualitativo relevante" que se va a dar en el congreso, pero insiste en que se debe ir más allá y recuerda que la apuesta de Madrid es la que siempre ha defendido Cifuentes.

Se ha mostrado convencido de que "la mayoría de la militancia" del PP quiere ya participar directamente en la elección de su líder y así lo hacen ver, al menos en Madrid, los afiliados con los que hablan.

Cree también que este método acabaría con las "tentaciones" de tratar siempre de elegir a quien sea "más o menos del aparato" y obliga a todos, incluidos los principales dirigentes, a "jugársela" frente a cualquiera que quiera disputarles el liderazgo.

Esta será la principal apuesta ideológica de los 'populares' de Cifuentes en el congreso nacional, que por otra parte no tienen intención de enmendar otras cuestiones de la ponencia de estatutos que ya están siendo objeto de un intenso debate, como el sistema de incompatibilidades de cargos.

Defiende en este sentido el caso de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que tiene dos cargos orgánicos en el partido y uno institucional -el de ministra de Defensa- aunque también considera que "lo más razonable" es tener "el menor número de cargos".