El PSOE vaticinó ayer que esta legislatura será "fructífera, porque el PP ya no tiene mayoría absoluta", lo que además de hacerle "sufrir derrotas muy importantes", abre la puerta a la consecución de pactos con otras fuerzas políticas en beneficio de todos los españoles.

Por eso los socialistas tendieron la mano al presidente del Gobierno en su contestación al balance del año que termina que ayer hizo Mariano Rajoy en rueda de prensa en la Moncloa.

Además, el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, rechazó la acusación de Podemos de que los socialistas están participando en una gran coalición con el PP y C's, y, todo lo contrario, dijo que su partido ocupa ahora "el centro del tablero político" y de él depende que se dé luz verde a las reformas que necesita el país. Y también que se pueda "dar la vuelta a una parte importante" de las aprobadas en el primer mandato de Rajoy, objetivo que Jiménez presentó como prioritario para los socialistas en el año que comienza.

Para el "número dos" de la gestora, la posibilidad de que los socialistas ayuden a Rajoy a aprobar los Presupuestos de 2017 es "remotísima, cercana al cero". Lo que no quiere decir que el partido se cierre en banda a llegar a acuerdos con el PP.

"El PSOE es un partido de Estado y siempre que se pongan encima de la mesa pactos de Estado, de trascendencia institucional para el conjunto de la ciudadanía y que deban preservarse de las posiciones partidistas, evidentemente el PSOE estará", prometió.

En clave interna, el portavoz de la gestora confirmó que el comité federal que se celebrará el próximo 14 de enero fijará una fecha "orientativa" para el próximo congreso federal y las primarias en las que se tiene que elegir al secretario general y a la nueva dirección. Sin embargo, será en otra reunión extraordinaria del máximo órgano del partido entre congresos cuando el cónclave se convocará formalmente.