La declaración de los activistas Mikel Zuloaga y Begoña Huarte, detenidos este pasado martes en la localidad griega de Igumenitsa cuando intentaban atravesar la frontera con ocho refugiados a los que pretendían traer a Euskadi ha quedado suspendida hasta este viernes, por petición de la defensa de los imputados.

La Fiscalía no les acusará de tráfico de seres humanos, pero sí de "favorecimiento de inmigración ilegal" e "imprudencia grave para la integridad de los refugiados", según han informado a Europa Press desde la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak de Bizkaia.

Este jueves, la representante legal del vizcaíno Mikel Zuloaga y de la navarra Begoña Huarte ha solicitado al juez unos días para estudiar el expediente, al que no había tenido acceso todavía.

El magistrado ha accedido a la petición de la abogada y ha suspendido la vista hasta este viernes, día 30. Las mismas fuentes han asegurado que, entonces, el juez decidirá la puesta en libertad de ambos activistas, que se encuentran ahora en un centro de detención, o su entrada en prisión.

El Ministerio fiscal les acusará finalmente de "favorecimiento de inmigración ilegal" y de "imprudencia grave para la integridad de los refugiados", delitos que, según la plataforma, aunque son "graves" conllevan una pena menor que el de tráfico de personas. El fiscal ha descartado esta última posibilidad porque no se percibe en la acción "ánimo de lucro".

Detenciones

El vizcaíno Mikel Zuloaga y la navarra Begoña Huarte fueron arrestados en la tarde de este pasado martes en el puerto griego de Igoumenitsa cuando intentaban cruzar en ferry el mar Adriático, junto a los ocho refugiados.

Ambos aseguraron, en un vídeo grabado antes de su arresto, que los ciudadanos tienen "derecho a desobedecer trayendo a personas refugiadas y haciendo de Euskal Herria, tierra de acogida", mientras los gobiernos sigan "legalizando el horror e incumpliendo su raquítico cupo" de acogida.

Para trasladar a los refugiados de Grecia a Italia, acomodaron la bodega de la autocaravana, de dos metros de ancho por metro treinta de largo, con colchones para hacer el pequeño habitáculo lo más confortable posible. Aunque ventilada por una rejilla que permitía la circulación de aire, dos candidatos a realizar el viaje se retractaron del plan por no verlo muy claro: una mujer embarazada de seis meses y un joven con claustrofobia.