El discurso de Navidad que el Rey pronunció la pasada Nochebuena, llamando a evitar las "tensiones y enfrentamientos estériles" que generan "fracturas" y "divisiones internas" (en alusión a la deriva secesionista en Catalunya), satisfizo plenamente a PP, PSOE y Ciudadanos, pero no gustó nada a nacionalistas ni independentistas, y Podemos lo criticó abiertamente porque podría haber sido obra, "de principio a fin", del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

En el tradicional mensaje navideño de la Corona -que este año se grabó en el despacho del monarca en el Palacio de la Zarzuela, no en el Palacio Real, como el anterior-, Felipe VI abogó por una España de "brazos abiertos y manos tendidas" en la que la convivencia democrática esté basada "en el respeto a la ley", en la unión y en una voluntad decidida de "construir y no de destruir"; una España en la que no pueden tener cabida "la intolerancia y la exclusión, la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena".

Unas palabras en las que el vicesecretario general de Comunicación del PP, Pablo Casado, ve un "mensaje claro a los populistas y secesionistas". "A buen entendedor pocas palabras bastan", dijo al asegurar que el Rey habló de "unidad frente a quien intenta separar y a quienes intentan hacer valer sus intereses partidistas por encima de los generales".

El dirigente del PP calificó el discurso de "optimista y ambicioso", con un "marcado carácter de concordia y responsabilidad" al tratar de "buscar en todo momento lo que nos une y no lo que nos separa, lo que nos permite construir y no lo que destruye".

El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, valoró las palabras del Rey por su contenido social más que político, por haber puesto la mirada en el futuro más que en el pasado y por destacar lo que une a los españoles por encima de lo que pueda diferenciarles.

Así, a Hernando le pareció muy acertado que Felipe VI resaltara la desigualdad como uno de los problemas pendientes y abogara por luchar contra ella, ya que, en su opinión, la recuperación económica "solo será sostenible cuando desaparezcan las desigualdades que ha creado la crisis".

En la misma línea, el vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, destacó que el jefe del Estado trató "temas que son fundamentales para la España de hoy" y expresó ideas con las que está "básicamente de acuerdo" su partido.

Villegas citó entre los mensajes del discurso el que se lanzó respecto a aquellos que quieren saltarse las leyes. "Saltarse las leyes y enfrentarnos a los catalanes entre nosotros y con el resto de los españoles (...) genera desgaste, genera enfrentamiento, genera perjuicios económicos, pero será estéril porque nadie puede saltarse las leyes", destacó.

A la cabeza de los críticos del discurso se sitúa el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique. Según el "número tres" del partido morado, el Rey, al hablar de la crisis económica en los términos que empleó, dejó fuera de su discurso a "millones de españoles que saben que no se trata de una crisis, sino de una estafa".

También por parte de Podemos, su portavoz en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón, tildó el mensaje de "atemporal", ya que no afronta los problemas de los españoles: desigualdad, corrupción y "secuestro oligárquico de las instituciones".