La portavoz parlamentaria de la CUP, Anna Gabriel, advirtió ayer al presidente catalán, Carles Puigdemont, que si el Gobierno no se aviene a negociar la convocatoria de un referéndum en Cataluña, "en dos o tres meses" las fuerzas soberanistas deben dar por "cerrada" esa vía y preparar un referéndum unilateral.

Gabriel subrayó que el compromiso de buscar adhesiones en España y Europa para celebrar una consulta autorizada, surgido de la cumbre del viernes del Pacto Nacional por el Referéndum, no debe servir de "excusa" para "dilatar" la fecha del referéndum soberanista que Puigdemont ha prometido convocar, a lo más tardar, en septiembre de 2017.

Negativa formal

Según la diputada, "es muy probable que en breve haya una negativa formal del Estado" al referéndum acordado, con lo que la CUP ya tendrá "suficiente para decir: 'De acuerdo, hasta aquí la vía pactada'". "Si tenemos como fecha máxima el mes de septiembre, no es difícil pensar que en dos o tres meses debe poder cerrarse esta primera etapa y poner en marcha el engranaje de la convocatoria del referéndum", explicó la diputada.

Además, Gabriel espera que el espacio político de los "comunes", cuya principal cabeza visible es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se alinee con el independentismo en la demanda de una consulta unilateral si la vía pactada fracasa.

La regidora de la Ciudad Condal alabó el viernes a Puigdemont por relanzar la idea de un referéndum acordado, pero volvió a rechazar la vía unilateral, advirtiendo que no se puede "repetir el 9-N".

En la misma línea, el portavoz de Catalunya Sí Que Es Pot en el Parlament, Joan Coscubiela, confía en que la apuesta de Puigdemont por acordar la consulta "no sea una pose para pasar rápidamente a otra pantalla".

De su lado, el presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí (JxS), Jordi Turull, llamó a las fuerzas soberanistas a "concentrarse" en reivindicar un referéndum pactado, pero sin dejar de "preparar" los mecanismos para convocarlo de manera unilateral.