El primer pulso público entre el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el secretario político del partido, Íñigo Errejón, acabó ayer en tablas. Los líderes de las dos principales corrientes de la formación morada se reunieron a solas durante dos largas horas, mientras a escasos metros se celebraba la reunión del Consejo Ciudadano -máximo órgano entre congresos- encargada de decidir la composición del equipo técnico que organizará la asamblea de febrero (Vistalegre II).

La reunión del Consejo quedó reducida a cuestiones organizativas, ya que el modelo de elección será decidido desde hoy y hasta el martes por las bases en votación telemática. Es aquí donde de verdad se enfrentan la propuesta de Iglesias -votar conjuntamente programa y dirección- y la de Errejón, quien postula que primero se decida el programa y en votación separada quiénes han de aplicarlo. Errejón postula además un sistema de elección de la cúpula con más proporcionalidad que el que propugna Iglesias.

El resultado de la reunión entre Iglesias y Errejón fue un equipo técnico de siete personas, compuesto por tres pablistas, tres errejonistas y un representante de los anticapitalistas, la corriente minoritaria liderada por la andaluza Teresa Rodríguez. La lista pactada por los dos líderes fue refrendada en votación por el Consejo Ciudadano.

Los pablistas son el secretario de Organización, Pablo Echenique; el diputado Juan Manuel del Olmo y la dirigente Ana Domínguez. Por los errejonistas figuran la responsable de Igualdad, Clara Serra; el exsecretario de Organización Sergio Pascual y el ex número dos de Podemos en Castilla y León Pedro de Palacio. El anticapitalista es Manolo Garí.

El aspecto más llamativo de este equipo es la recuperación de Sergio Pascual, cesado de forma fulminante en marzo por Iglesias, quien consideró su gestión deficiente. La destitución se produjo a raíz de la crisis de Podemos en Madrid, en la que una decena de dirigentes errejonistas abandonaron la dirección para forzar la caída del entonces líder en esa comunidad, Luis Alegre, muy próximo a Iglesias.

No fue este el único tanto que se apuntó Errejón, quien consiguió además que el censo de inscritos se mantenga abierto hasta la asamblea, a menos que las bases decidan en la votación que hoy comienza que se cierre un mes antes, como pretende Iglesias. El secretario general consiguió, por su parte, que las decisiones del equipo técnico se tomen por unanimidad, lo que cierra el paso a una alianza en su contra entre errejonistas y anticapitalistas.

El Consejo también fijó la fecha en la que se hará público el resultado de las votaciones de dirección y programa. Será el 12 de febrero, día de cierre del congreso. Esto exige que las votaciones telemáticas terminen la víspera, por lo que los debates de la última jornada de la asamblea ya no podrán influir en las bases. Otro tanto de Iglesias.

En su intervención de apertura del Consejo Ciudadano, el secretario general hizo un llamamiento a que la asamblea ciudadana de febrero no se convierta en "un campo de batalla" de "diferentes partidos" que compiten dentro de Podemos. El líder morado pidió un partido unido, en el que quepa todo el mundo, que deje de ser "el partido de Pablo Iglesias" y que se mantenga como una organización "autónoma" pero que camine junto a los "sujetos" que se presentaron con ella a las elecciones: las confluencias e IU.

Errejón replicó a Iglesias mediante un tuit en el que sostuvo que el reto de Podemos es "construir unidad no desde la uniformidad sino desde el debate y la articulación de lo diverso". No obstante, añadió que Iglesias está de acuerdo con él.