La neutralidad que los socialistas catalanes han garantizado que mantendrán ante el proceso abierto para resolver la grave crisis interna del PSOE no es el resultado de la amenaza de dejarlos fuera de ese debate. Así lo explicaron ayer los representantes del PSC tras la primera reunión con el PSOE, con la que se inicia el proceso para revisar los términos de sus vínculos, que las posturas dispares sobre la posición ante la investidura de Rajoy pusieron al borde de la ruptura. Ambas organizaciones asumen que las relaciones entre ambas son ahora "asimétricas", según expuso ayer el portavoz de la gestora, Mario Jiménez.

Fueron casi dos horas de reunión de la comisión de tres representantes del PSOE y otros tantos del PSC promovida el 14 de noviembre para abordar las divergencias entre ambas organizaciones, hermanas pero autónomas. Al término de lo que ambas partes coincidieron en definir como una reunión "muy franca" y "muy positiva", el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, negó que los socialistas catalanes hubieran recibido amenazas explícitas de ser apartados del proceso interno para designar al nuevo secretario general del PSOE. Desde la gestora socialista, se viene sugiriendo en la últimas semanas la posibilidad de recortar la influencia del PSC de cara al próximo congreso, algo que desde el sector crítico advierten que contribuiría a ahondar la quiebra interna del partido

Los socialistas catalanes adoptarán medidas para garantizar la neutralidad en las primarias, según anunció días atrás su secretario general, Miquel Iceta, tras el encuentro en Sevilla con la líder andaluza Susana Díaz.

La comisión de ambos partidos decidió ayer abordar la "actualización política y orgánica" de sus relaciones, con el objetivo de "consolidarlas". Las diferencias entre ambos tienen dos frentes, uno político y otro orgánico. El político está centrado en la visión del modelo territorial. La gestora cree que algunas posiciones adoptadas por los socialistas catalanes, como la defensa de Cataluña como "nación" y de España como "nación de naciones", pueden rebasar los límites establecidos en la Declaración de Granada. Tras la reunión de ayer, PSOE y PSC coincidieron en sostener que dicha declaración mantiene toda su vigencia.

El frente orgánico está focalizado en el documento que desde 1978 regula las relaciones entre ambos partidos, en cuestión desde que los socialistas catalanes decidieron desobedecer la resolución del Comité Federal que imponía la abstención en la investidura de Rajoy. El PSOE quiere una relación "simétrica", algo que ahora no se cumple al no haber reciprocidad en la representación interna.