El Grupo Socialista del Congreso inició ayer el procedimiento contra los quince diputados que rompieron el sábado la disciplina de voto al no abstenerse ante Mariano Rajoy, pero solo prevé sancionarles con una multa de entre 200 y 600 euros.

Fue el responsable de disciplina del grupo, Luis Carlos Sahuquillo, quien se lo comunicó por carta. En la misiva les recuerda que el pasado 23 de octubre el comité federal del PSOE aprobó una resolución en la que se fijó la posición política ante esa investidura, que consistió en una abstención.

Añade que en la sesión plenaria del pasado sábado, 29 de octubre, cada uno de los destinatarios de esa carta votó en sentido distinto a lo acordado. "Por ello te comunico el inicio del procedimiento recogido en el capítulo IV de nuestro reglamento interno, indicándote que tienes siete días desde la presente notificación para exponer las alegaciones que estimes oportunas", concluye la carta.

Las fuentes del partido recordaron ayer que, según el reglamento interno, la sanción oscila entre los 200 y 600 euros, y no hace referencia alguna a la posibilidad de que sean expulsados del grupo parlamentario.

De los quince díscolos a los que se les mandó la carta, siete son los representantes del PSC: Meritxell Batet, Manuel Cruz, Lídia Guinart, José Zaragoza, Mercé Perea, Marc Lamuà y Joan Ruiz.

El resto de los "rebeldes" son la juez Margarita Robles y la excomandante Zaida Cantera (independientes por Madrid), los dos diputados por Baleares Sofía Hernanz y Pere Joan Pons; el vasco Odón Elorza, la aragonesa Susana Sumelzo, la gallega Rocío de Frutos y la castellano-leonesa María Luz Martínez Seijo.

Tras recibir la carta del responsable de disciplina del grupo socialista, Odón Elorza hizo un comentario en su cuenta de Twitter en el que informa de la advertencia del expediente disciplinario y augura: "Y habrá más. Pagaremos los platos rotos por

También en su cuenta en esta red social, la excomandante Zaida Cantera escribió: "Recibido el inicio del procedimiento de expediente disciplinario. Sin miedo y con la conciencia tranquila".

El caso de los siete congresistas del PSC es el que más ha molestado al PSOE, que está estudiando la forma de revisar la relación entre ambos partidos, que ya vivieron una dura crisis en febrero de 2013.