José Luis Izquierdo, el considerado contable de la trama Gürtel, afirmó ayer que nunca dio dinero "a ningún político" y que siempre seguía órdenes del cabecilla de la red corrupta, Francisco Correa, y de su "número dos", Pablo Crespo, tras pedir perdón por no contestar a las partes debido a la "grave depresión" y la demencia senil que padece.

Izquierdo, que se enfrenta a 45 años y dos meses de cárcel, solo respondió a dos preguntas de su abogada, en el sentido de no ratificar las declaraciones que prestó ante la Policía y el juez y para explicar los motivos por los que no declaró, una negativa por la que pidió "disculpas".

"Mi decisión de no contestar a preguntas de las acusaciones y las defensas, con excepción de la mía propia, obedece a mi estado de salud y a mi estado mental. Padezco una grave depresión y un principio de demencia senil que me impide atender a las preguntas que se me puedan hacer, y un grave problema de concentración", aseguró.

"Sí deseo dejar constancia -agregó- de que nunca le he pagado dinero a ningún político y que siempre he obedecido las órdenes que me dio el señor Correa o el señor Crespo".

La declaración de Izquierdo se produce después que Correa, Crespo y Álvaro Pérez, "el Bigotes", le desvincularan de cualquier decisión en las empresas de Gürtel y afirmaran que no tenía conocimientos contables y era "el último escalón" en el Grupo Correa.