Todas las facciones socialistas que este domingo se medirán en el esperado comité federal encargado de decidir la posición del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy guardaron ayer silencio. Gestora, barones defensores de la abstención y dirigentes territoriales enrocados en el rechazo callaron, mientras los medios de comunicación hacían balance de las fuerzas que atesoran unos y otros.

Los contendientes ya han dicho en voz alta todo lo que tenían que decir en público y no desean reproducir ni de lejos el bochornoso espectáculo que, hace tres semanas, desembocó en la dimisión de Pedro Sánchez. Lo demás, lo que se reserva para ser expuesto de puertas adentro, lo dirán hoy en la sede madrileña del PSOE, en la calle Ferraz. Pero ayer velaron las armas sin despegar los labios.

El mutismo fue también la norma en las filas del PP. Los populares ven, por fin, a su alcance la reelección de Rajoy y del "lo mejor es que esté callado" que musitó el presidente en funciones el día de la Fiesta Nacional se ha pasado a una contenida alegría. El viernes, Rajoy intentó suavizar la píldora que se están tragando muchos militantes y votantes socialistas admitiendo que, si gobierna, tendrá que hacerlo renunciando a muchos puntos de su programa. Ayer, lanzado ya el mensaje suavizante, decidió callar.

Solo desde las filas de los llamados emergentes llegaron algunos comentarios a la reunión socialista de hoy. Desde Podemos, el rival del PSOE en la lucha por el control hegemónico del espacio electoral de izquierda, hablaron el secretario de Organización, Pablo Echenique, y la portavoz adjunta en el Congreso, Irene Montero, envueltos ambos en la batalla de "pablistas" y "errejonistas" por el control del partido en la Comunidad de Madrid.

Para Echenique, con la previsible abstención del PSOE "se destapan las caretas" y se consuma una "mala noticia" para "la gente corriente", porque un nuevo Gobierno del PP va a suponer "más recortes y más puertas giratorias". El dirigente morado consideró que "se abre una legislatura en la que, seguramente, la desigualdad social, la precariedad laboral y la violación de derechos se van a intensificar".

Montero, por su parte, precisó que este fin de semana "parece" que se va consumar una propuesta de matrimonio y durante la semana que viene el PSOE y Ciudadanos entregarán unas "grandes tijeras" a Rajoy para que siga recortando en el país.

Si se cumplen las previsiones más extendidas, la sesión de investidura comenzará el miércoles por la tarde, con primera votación el jueves y segunda votación el sábado. El lunes día 31 a las doce de la noche expiraría, en todo caso, el plazo para que haya un presidente investido. Si no lo hubiera, lo cual ahora mismo se descarta, se iría a las terceras elecciones.