La abstención del PSOE en la investidura de Mariano Rajoy supondrá hoy el primer examen para la gestora que preside Javier Fernández. Toda una reválida después del "bochorno" del comité federal del pasado 1 de octubre, que marcó el punto de mayor deterioro en la historia moderna del partido.

El cónclave socialista, que arrancará a partir de las 9.30 horas, deberá resolver el dilema en el que se debate el principal partido de la oposición tras las generales del pasado mes de junio, cuando cosechó tan solo 85 escaños. Decantarse por una abstención, que allane definitivamente la investidura de Mariano Rajoy, o plantarse en el "no" al candidato del PP y forzar unas terceras elecciones, previstas para el próximo 18 de diciembre.

La gestora que preside Fernández culmina en el comité federal de hoy la primera etapa de un libro de ruta plagado de dificultades que aún están por llegar. El primero y más decisivo examen, convencer a la organización de que la abstención es la mejor salida para el partido y para España, parece mucho más superable que hace un mes, cuando la ejecutiva de Pedro Sánchez hacía bandera del "no es no", que la militancia y los simpatizantes del PSOE han escuchado desde las elecciones de diciembre de 2015 como única salida sin contrapeso alguno en la organización.

En los pocos más de veinte días que Javier Fernández lleva al frente de los socialistas, las federaciones más críticas con la gestión de Sánchez, con Andalucía y Extremadura al frente, se han afanado en explicar a sus bases los motivos de su apuesta por el mal menor que, a su juicio, supone la investidura de un Gobierno popular frente a los peligros que entrañaría convocar unas terceras elecciones generales.

La firme convicción de los territorios con mayor peso y fuerza en el socialismo español, excepción hecha de Cataluña, parece haber dado la vuelta a lo que parecían unas terceras elecciones cantadas o incluso a un nuevo intento de investidura por parte de Pedro Sánchez. En la víspera del decisivo comité federal de hoy, los indicios y la calculadora apuntan, con todas las cautelas y las prudencias, que la abstención se impondrá con una cierta holgura al "no" y tendrá un refrendo incluso mayor del que acabó provocando la dimisión de Pedro Sánchez cuando vio tumbada su propuesta de "congreso exprés". La votación que seguirá al debate en el seno del comité federal despejará las incertidumbres sobre el futuro inmediato de la política española. El panorama del PSOE todavía estará rodeado de incógnitas.

Blanco, en la Mesa Federal

El eurodiputado del PSOE y exministro José Blanco se perfila como el nuevo presidente de la Mesa del Comité Federal, cuyo nombramiento se acordaría al comienzo de la reunión que el máximo órgano del partido celebra este domingo, informaron fuentes socialistas. El lucense José Blanco sustituiría en la presidencia de la Mesa a la secretaria gdel PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, que estuvoen el cargo los dos últimos años.

La propuesta de la gestora responde al deseo de renovar a los tres vocales que integran el órgano que dirige y organiza los debates del Comité Federal con el fin de reequilibrar el reparto de fuerzas tras la dimisión de Pedro Sánchez. Además de Pérez, persona de máxima confianza de la presidenta andaluza, Susana Díaz, la Mesa estuvo integrada por el vasco Rodolfo Ares, como vicepresidente, y la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Núria Marín, como secretaria, ambos afines a Sánchez. Con la renovación de la Mesa, la nueva dirección pretende que los 'sanchistas' pasen a estar en minoría con un solo vocal.

La previsible elección de Blanco como presidente, así como la de los otros dos componentes, es el primer punto del orden del día del Comité Federal. Blanco se mostró partidario de la abstención para desbloquear la formación de gobierno. Esta postura le ha hecho recobrar protagonismo político, después de que tras su salida del Gobierno en 2011, fuera elegido eurodiputado en mayo de 2014, lo que le dejó relegado a un segundo plano en el partido.