Los parlamentarios socialistas quieren cerrar toda posibilidad de unas nuevas elecciones generales aunque no hablan de forma abierta de abstenerse ante un nuevo intento de Mariano Rajoy de ser investido presidente del Gobierno. La gestora quiere evitar que, si se llegase a esa posible sesión de investidura, se materialice la división de sus representantes públicos y se rompa la disciplina de voto ante un asunto que ahora tiene escindido al partido.

En la reunión que Javier Fernández, el presidente de la gestora que ahora pilota el partido, mantuvo ayer con los representante del PSOE en el Congreso y el Senado quedó en evidencia ese rechazo a volver a las urnas. La mayoría de diputados que intervinieron en la reunión se mostraron partidarios de buscar la forma de evitar nuevas elecciones, aunque con la cautela de no hablar de abstención para desbloquear la situación política. Fernández pidió a los diputados "responsabilidad" para que la división existente en el partido no quede en evidencia en el Congreso.

En la reunión intervinieron 26 diputados. Solo tres -Odón Elorza, Margarita Robles y Rafael Simancas- rompieron con la línea mayoritaria. El expresidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y Pedro Muñoz, diputado por Ávila, y Cipriá Císcar, del PSPV, fueron las voces más claras en favor de "dejar gobernar a la lista más votada".

En una línea similar, una decena de diputados andaluces defendió la urgencia de evitar nuevos comicios y se opuso a que la posición final se decida a través de una consulta a la militancia.

Los diputados que formaban parte de la ejecutiva de Pedro Sánchez y que siguen fieles a él optaron por no pedir la palabra, al entender que el grupo parlamentario no es el órgano que debe decidir la postura ante una investidura Mariano Rajoy. "Si al final lo que pretenden algunos es ir a una abstención, tendría que ser ratificado por la militancia", advirtió la asturiana Adriana Lastra. Tampoco se escuchó a los diputados catalanes o los de otras federaciones en las que dominan los partidarios de mantenerse firmes en el voto en contra al PP.

Pérdida de unidad

La mayor inquietud de Javier Fernández es la pérdida de unidad . "Me preocupa la división en el partido y eso es lo que tengo que evitar, que haya un enfrentamiento", afirmó el presidente asturiano antes de la reunión. Fernández descarta dar libertad de voto a sus representantes.

Pedro Sánchez estuvo ausente tanto en la reunión matutina de los parlamentarios como en el pleno del Congreso por la tarde. Su nuevo puesto en la bancada socialista evidencia el resultado de la batalla interna de la semana pasada. El antiguo secretario general pasará de sentarse tras el banco azul del Gobierno a ocupar un escaño en la cuarta fila. Pudo haber sido peor. Inicialmente quedó reubicado en la quinta fila, en el escaño que ocupa Eduardo Madina, su principal rival en las primarias en las que se hizo con el liderazgo del partido en 2014. Madina, que con el cambio avanzaba un puesto, pidió a la dirección del grupo seguir en el mismo lugar y que se le asignase a Sánchez el primer escaño en la cuarta final, como así fue al final.

El portavoz del grupo, Antonio Hernando, quien se mantiene en el cargo, ocupa el lugar que hasta su caída tenía asignado Pedro Sánchez en el hemiciclo.