La CUP dio a Carles Puigdemont la confianza del Parlament al sumar sus diez votos a los 62 de Junts pel Sí (JxS), pero no se comprometió a avalar los Presupuestos del año que viene, precisamente la cuestión que obligó al presidente catalán a someterse a la moción que ayer superó, después de que en junio el "no" de los anticapitalistas forzara la devolución del proyecto de cuentas que el Gobierno catalán había elaborado para el año en curso.

Sabido que el presidente de la Generalitat saldría airoso de la votación de ayer, ya que los "cuperos" se habían comprometido a respaldarle, el intríngulis estaba en si su portavoz, Anna Gabriel, se comprometería a apoyar las cuentas. No fue así, y Puigdemont no perdió la oportunidad de invitar a la CUP a no "estropear" una "oportunidad" que "puede ser de las últimas" para conseguir la independencia.

Les advirtió además que el referéndum que el miércoles se comprometió a convocar en septiembre de 2017, con o sin el aval del Estado -es decir, acordado o unilateral, como los "cuperos" desean-, será "inviable" si estos ponen "trabas" en el camino y repiten el veto a los presupuestos.

Pero Gabriel no cedió: su voto a favor de ayer, dijo, "no le da carta blanca para presionar políticamente y obligar a una formación política a votar algo en lo que no cree", aunque añadió que no rechazan la "posibilidad de dar apoyo" a las cuentas de 2017. Pero una vez que puedan analizarlas.

El debate de la cuestión de confianza propició un tibio acercamiento entre los grupos de JxS y Catalunya Sí Que Es Pot, formación defensora del referéndum acordado pero nada partidaria del unilateral. Esa diferencia llevó a los de Lluís Rabell a votar en contra de Puigdemont.

El resto de los grupos fue aún más duro con el presidente de la Generalitat. La portavoz de C's, Inés Arrimadas, se burló de su nueva propuesta, el referéndum con o sin el aval del Estado. Y lo razonó: ya lo hicieron el 9-N y después pretendieron leer unas elecciones autonómicas en clave "plebiscitaria". "Mas que un referéndum se podría llamar un 'neveréndum', porque no va a ser solución a nada".

El jefe de filas del PP, Xavier García Albiol, fue aún más contundente: "Ni usted ni nadie convocará un referéndum ilegal. ¿Me ha entendido bien?", inquirió. A lo que Puigdemont respondió que será "legal", bien porque lo autorice el Estado, bien porque lo amparará un marco jurídico catalán.

El líder del PSC, Miquel Iceta, le advirtió que "no tiene legitimidad ni fuerza para imponer una vía unilateral". Y se salió del marco catalán para reclamar a los soberanistas que "colaboren" para que se dé el "cambio político en España", frase que el PSOE de Castilla-La Mancha aprovechó para denunciar un supuesto "plan oculto" de Pedro Sánchez para negociar con los independentistas.