La senadora Rita Barberá ha respaldado hoy en el Senado una moción del PP en favor de un Pacto de Estado contra la corrupción, una iniciativa que ha salido adelante gracias a la mayoría absoluta de este grupo en la Cámara, apoyada por Foro y Nueva Canarias, la abstención de Ciudadanos y el rechazo del resto.

Se trata de la segunda votación en la que participa la senadora por Valencia en el primer pleno al que acude como integrante del Grupo Mixto, después de dejar la militancia en el PP, una vez que el Tribunal Supremo decidió investigarla por supuesto blanqueo de capitales.

El caso de la exalcaldesa de Valencia ha salido a colación en varios momentos del debate, e incluso el senador valenciano de Podemos Ferran Martínez Ruiz ha aludido directamente a su presencia en el hemiciclo para considerar "un fraude democrático y una vergüenza para la institución" que conserve el escaño autonómico que obtuvo cuando formaba parte del Partido Popular.

Pero la moción defendida por la senadora Edelmira Barreira iba más allá de casos concretos y pretendía abonar el terreno para un "Pacto de Estado por la Regeneración y la Calidad de la Democracia" que permitiera, según ha remarcado, aprobar diversas medidas contra la corrupción y acabar con la práctica del "y tú más" y así apostar "juntos" por el interés general "por encima de todo".

De hecho, ha advertido de que no debe confundirse la tribuna del Senado "con un tribunal" y que a los senadores correspondía tratar su iniciativa "como parlamentarios y no como otra cosa", para consensuar reformas como la supresión de aforamientos, la prohibición de indultos a corruptos o la regulación de "lobbies".

"Todos deberíamos compartir el mismo bando, estar en contra no los unos de los otros, sino frente a aquellos que no responden ante nadie; todos deberíamos compartir el objetivo más allá de las discrepancias lógicas", ha apostillado antes de solicitar "altura de miras" a los grupos.

Sin embargo, la respuesta recibida desde la oposición no ha sido positiva y la moción ha salido adelante con 145 votos a favor (PP, Barberá y los senadores de Foro Asturias y Nueva Canarias), tres abstenciones de Ciudadanos y 103 votos en contra del resto de la Cámara (PSOE, Unidos Podemos, nacionalistas vascos y catalanes).

Tras escuchar las intervenciones de los otros portavoces, la senadora Barreira ha constatado que mientras unos, como el PP, "queremos combatir la corrupción", otros "quieren hacer discursos con ella", ha enfatizado.

En nombre del grupo socialista, Francesc Antich ha reprobado la iniciativa por "difusa", "vacía" y concebida "pensando en unas terceras elecciones" y ha dicho que los "retrocesos" del PP a través de sus reformas le quitan credibilidad para cualquier regeneración.

"Es necesario pasar de las palabras a los hechos y no son momentos de iniciativas cosméticas sobre cuestiones sobre las que hay una gran sensibilidad ciudadana", ha subrayado.

Por parte de Unidos Podemos, Ferran Martínez ha acusado al PP de intentar "lavarse las manos con esta moción sin asumir ninguna responsabilidad política por el daño causado a nuestras instituciones".

Desde ERC, Laura Castel ha incidido en la necesidad de que se respete el derecho a decidir del pueblo catalán como ejemplo de la calidad democrática por la que aboga el PP y ha defendido una enmienda en este sentido no ha sido aceptada por este grupo.

El portavoz de Compromís, Carles Mulet, ha utilizado su turno en defensa de una enmienda también rechazada para echar en cara al PP que haya usado las instituciones para "lucrarse" y ha aconsejado que se "disuelva" como formación si quiere ayudar a la regeneración política.

Por parte de Ciudadanos, Francisco Javier Alegre ha recordado que el líder del PP, Mariano Rajoy, todavía no ha pedido a Rita Barberá que renuncie a su escaño, y ha recriminado a este partido que no haya hecho "nada" en cinco años para combatir la corrupción.

La moción ha contado también con una enmienda no aceptada de la senadora de Coalición Canaria María del Mar Julios y con otra de María José López Santana (Nueva Canarias) que apostaba por dar pasos para la reforma del Senado, también rechazada por el PP aunque no por desacuerdo con su contenido sino por razones técnicas.