El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, considera que Cataluña estará "preparada" para "desconectarse" de España en julio del año próximo, razón por la cual convocará un referéndum secesionista dos meses después, en la segunda quincena de septiembre; y tanto si tiene el aval del Estado como si no.

Así lo anunció ayer Puigdemont en el Parlament al comienzo del debate de la moción de confianza a la que el mandatario se somete y que concluye hoy por la tarde con la votación, que superará sin problemas gracias al anunciado apoyo de la CUP.

No obstante, aprovechó su discurso para advertir a los diez diputados "cuperos" que en caso de que no respalden el proyecto de Presupuestos para 2017, convocará elecciones.

Haciendo del referéndum su principal prioridad, Puigdemont rediseña el calendario para la independencia que heredó de su predecesor en el cargo, Artur Mas, y que pasaba por la convocatoria de unas "elecciones constituyentes" hacia mediados de 2017 y la sanción en las urnas, más tarde, de una constitución catalana.

De esta forma, Puigdemont hace suyo el deseo de la CUP de convocar un referéndum unilateral de independencia, una posibilidad que su partido, el Partit Demòcrata Català (PDC, la antigua Convergència), siempre ha visto con muchas reticencias.

Para calmarlas, el presidente de la Generalitat dijo ayer que primero intentará que el Estado dé su aprobación a la consulta y se mostró dispuesto a acordar sus términos con el Gobierno "hasta el último día". Pero, a renglón seguido, vistió esa propuesta -que semanas atrás denominó "factible"- con un ultimátum: "O referéndum o referéndum".

Su mano tendida para acordar un referéndum "no caduca", pero tampoco "paraliza" el proceso. Y como cree que a finales de julio de 2017 el Parlament ya habrá aprobado las denominadas estructuras de Estado, Cataluña estará "preparada para desconectarse con plenas garantías".

Sería bajo esta eventual legalidad catalana que, si el Estado se niega a autorizarlo, Puigdemont convocaría un referéndum la segunda quincena de septiembre.

En su discurso, de cerca de una hora, Puigdemont no hizo referencia a las "elecciones constituyentes" ni a ninguna otra alternativa que no pase por el referéndum, cuya "arquitectura" correrá a cargo del vicepresidente del Gobierno catalán, Oriol Junqueras, mientras que de su organización se encargará el departamento que lidera el consejero de Exteriores, Raül Romeva.

La portavoz de la CUP, Anna Gabriel, destacó su "plena sintonía" con el referéndum con o sin permiso del Estado, aunque eludió concretar si apoyarán los Presupuestos. Y el portavoz de Catalunya Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, celebró que Puigdemont haya "recuperado" la vía del referéndum acordado que su grupo siempre ha reivindicado.