La exalcaldesa de Valencia Rita Barberá estrenó ayer su escaño en la última fila del Senado después de renunciar a ser portavoz de turno del Grupo Mixto y a la asignación de más de dos mil euros que proporcionalmente le correspondería como integrante de este grupo.

Barberá, a quien se le atribuye un supuesto delito de blanqueo de capitales en el seno del Partido Popular, cobrará un total de 5.333 euros dentro de su nuevo grupo, al que llega tras dejar la militancia popular y del que será viceportavoz en la Comisión de Incompatibilidades, en sustitución del también senador valenciano Carles Mulet (Compromís).

Este puesto le reportará un añadido de 697,64 euros al mes a la asignación que reciben todos los senadores de 2.813,91 euros y a la indemnización de 1.822,38 que perciben los elegidos en circunscripciones distintas a Madrid.

En Sevilla, la Fiscalía Anticorrupción pidió, por su parte, el archivo de la pieza política de los cursos de formación, en la que hay 24 ex altos cargos socialistas acusados, al considerar que no ha quedado acreditado un delito de prevaricación de estos exresponsables del Gobierno andaluz. La presidenta andaluza, Susana Díaz, ha acusado de "falta de ética" al PP por sus acusaciones.

La Fiscalía recuerda que el archivo solicitado se refiere únicamente a la pieza separada de la causa de los cursos de formación en la que se investigaban las relaciones ente la dirección general de formación y las distintas delegaciones provinciales del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) sobre las subvenciones concedidas.