La senadora Rita Barberá ha estrenado hoy su escaño en la última fila del Pleno de la Cámara Alta después de renunciar a ser portavoz de turno del Grupo Mixto y a la asignación de más de dos mil euros que proporcionalmente le correspondería como nueva integrante de este grupo.

Barberá, a quien se le atribuye un supuesto delito de blanqueo de capitales, cobrará un total de 5.333 euros dentro de su nuevo grupo, al que llega tras dejar la militancia en el PP y del que será viceportavoz en la Comisión de Incompatibilidades, en sustitución del también senador valenciano Carles Mulet (Compromís).

Este puesto le reportará un sueldo adicional de 697,64 euros a la asignación que reciben todos los senadores de 2.813,91 euros y a la indemnización 1.822,38 que perciben los elegidos en circunscripciones distintas a Madrid.

En una reunión previa al pleno, Barberá ha renunciado ante sus nuevos compañeros a ser portavoz de turno, a lo que ya se oponían varias formaciones de las diez integradas en el grupo, así como a los más de dos mil euros que podría recibir del total mensual que el Senado concede al Mixto para su funcionamiento.

Su petición de que le dejaran en una de las comisiones que ya ocupaba como senadora del PP, como la Constitucional o la de Economía, no ha sido aceptada.

Tras un largo debate, ya sin su presencia -abandonó la sala para que sus compañeros pudieran hablar con libertad-, se ha acordado asignarle la viceportavocía de la Comisión de Incompatibilidades por ser la que le corresponde en función del sistema de reparto del grupo.

Según ha explicado el portavoz de turno, Francisco Javier Alegre (Ciudadanos), le han asignado la última comisión constituida, dado que ha sido "la última en llegar".

A favor se han expresado dos de los tres senadores de Ciudadanos (otro se ha abstenido) y el representante de Foro, en tanto que en contra se han pronunciado Coalición Canaria (un senador), la antigua Convèrgencia (cuatro senadores) y Compromís (dos). Los demás parlamentarios presentes se han abstenido.

La exalcaldesa no ve su situación mejorada respecto a la que tenía en el PP, y de hecho cobrará prácticamente lo mismo.

Una vez decididas sus responsabilidades en el Mixto, Barberá ha asistido desde la última fila del hemiciclo al primer pleno ordinario de la legislatura.

Barberá, que antes del inicio de la sesión ha conversado de forma distendida con varios senadores del PP y de Foro, se ha sentado al comienzo en un escaño del Grupo Mixto pero no en el que ella tiene asignado, el 301.

Lo ha hecho dos escaños a su izquierda, justo al lado del límite con la bancada del PP, aunque a la hora de las votaciones ha ocupado el suyo, porque de lo contrario su voto no hubiera sido válido.

Y, en su primer día en el Pleno como senadora del Mixto, ha votado a favor de dos mociones del Grupo Popular, una que insta a superar la situación de bloqueo político y evitar la celebración de unas nuevas elecciones y la otra de un Pacto de Estado contra la corrupción.