Rita Barberá ignora la presión a la que la somete desde el martes su partido, el PP, y se niega a renunciar al escaño de senadora, alegando que hacerlo "podría entenderse como una asunción de culpabilidad". La exalcaldesa de Valencia anuncia en un duro comunicado que ha solicitado su baja como militante porque así se lo "ha pedido" el partido, y dice que con esa decisión, además de dar "una muestra más" de su "entrega a él", evita que "nadie se ampare" en ella para responsabilizarla "de cualquier perjuicio o para esconder sus resultados políticos y electorales".

Unas palabras que parecen específicamente dirigidas al candidato del PP en las elecciones vascas del próximo día 25, el exministro Alfonso Alonso, quien, horas antes de que Barberá rompiera su silencio, la había conminado a "tomar una decisión adecuada hoy (por ayer)"; en caso contrario, le advirtió, lo tendrá que hacer la "dirección del partido".

No fue la única advertencia que, por segundo día consecutivo, recibía la exregidora, a la que el Tribunal Supremo (TS) abrió causa el martes por blanqueo de capitales. La diputada popular Celia Villalobos, después de definir a Barberá como una persona "profundamente honesta", también le había recomendado que renunciara al acta de senadora. Y "a toda leche", puntualizó, dado que entre los magistrados de la Sala de lo Penal del TS está el ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido, cuya "imparcialidad" puso en duda.

Quien por segundo día esquivó las preguntas relativas a la situación procesal de Barberá fue el presidente del PP, Mariano Rajoy. Durante otra jornada de campaña en Galicia, donde el actual mandatario autonómico, el popular Alberto Núñez Feijóo, se juega la reelección, Rajoy hizo caso omiso de las preguntas de los informadores sobre el asunto.

El resto de los dirigentes del PP que se atrevieron a pronunciarse sobre el caso de Barberá lo hicieron en términos menos ásperos que Villalobos o Alonso. Así, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, confió en que la exalcaldesa tome la decisión que "mejor le vaya al partido" y subrayó que "nadie es imprescindible". Y Feijóo también esperó que Barberá piense "en España y en el PP" antes que en ella misma.

El presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, reconoció que la causa abierta a Barberá "resta para formar gobierno". C's supeditó el martes a la renuncia de la senadora su apoyo a otro intento de investidura de Rajoy, pero ayer se dio por satisfecho con su salida del PP y se jactó de haberla propiciado.

En su comunicado, la senadora por designación autonómica afirma que "esperaba" la resolución del Supremo, "ya que existe un procedimiento judicial previo en el que se investiga a otras 49 personas por el hecho objetivo de haber realizado una aportación de 1.000 euros destinados a la campaña electoral" y "resultaría incoherente no llevar a efecto este inicio de investigación pese a no existir" contra ella "testimonio directo de incriminación".

Tras saber que Barberá se niega a renunciar al escaño, Podemos le reprochó su "constante insulto" e "indecencia", y el PSOE denunció que el Senado "se ha convertido en la única coartada para mantener el aforamiento a Rita Barberá".