La movilización independentista de la Diada congregó ayer a miles de manifestantes en cinco marchas en Cataluña. Bajo el lema "A punto", las manifestaciones de Barcelona, Tarragona, Lleida, Salt (Girona) y Berga (Barcelona) sumaron, según los convocantes, un millón de personas, dato que de las autoridades locales, rebajan a unas 800.000. En la movilización del año pasado, que tuvo por único escenario Barcelona, la Guardia Urbana cifró en 1,4 millones el número de manifestantes.

La Delegación del Gobierno en Cataluña reduce a 370.000 los participantes en las cinco concentraciones. Societat Civil Catalana (SCC), a partir de su propio trabajo de campo, cuantificó en 292.000 el número de quienes se sumaron a los llamamiento de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural .

Carles Puigdemont se convirtió ayer en el primer presidente de la Generalitat que acude a una manifestación independentista en la Diada. Lo hizo en Salt, como recordatorio de los tiempos en que fue alcalde de Gerona, y anticipó que en la cuestión de confianza a la que deberá someterse el 28 de septiembre ofertará al Estado celebrar de forma pactada un referéndum soberanista. Puigdemont anunció también su propósito de mantener la hoja de ruta independentista con la convocatoria de unas "elecciones constituyentes", en el plazo de un año. Al finalizar la movilización, Puigdemont advirtió de que o desde las Cortes hay "capacidad de reconocimiento" de los "millones de personas" que reclaman el referéndum catalán o "la política española tiene muchas posibilidades de seguir bloqueada". "Es el momento de que la clase política española se dé cuenta de que sin Cataluña no se puede gobernar España y de que la solución de la demanda catalana es política y no judicial", sentenció el presidente de la Generalitat.

La oferta de Puigdemont fue bien acogida por quienes sustenta su Ejecutivo, ERC y la CUP, aunque algunos representantes de esta última formación mostraron sus reticencias ante un proyecto que aseguran desconocer.

Para el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, en la situación política en que se encuentra España, con un Gobierno en funciones, plantear un referéndum pactado con el Estado es un "brindis al sol". La recuperación del diálogo tiene que empezar por ámbitos como la financiación o las inversiones en infraestructuras, defiende Iceta.

Colau, en Barcelona

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fue protagonista de la manifestación de Barcelona, que siguió desde la zona reservada para las personalidades, aunque evitó aparecer junto a los líderes independentistas en primera fila. Colau es uno de los referentes de las confluencias de la izquierda alternativa, favorable al derecho a decidir de Cataluña, pero guarda distancias con los soberanistas, lo que la convirtió en blanco de los reproches del propio Puigdemont en vísperas de la Diada. La alcaldesa reclamaba ayer que "se desbloquee" la situación de Cataluña con un referéndum que interpele a "todos".

Para el expresidente de la Generalitat y presidente del PDC, Artur Mas, la de ayer fue su primera Diada como participante, al no hacer acudido a ninguna de las cuatro convocatorias anteriores para preservar su neutralidad institucional. "Este año sí estoy. Tenía muchas ganas", afirmó.

La diputada de la CUP Ruth Gabriel defendió la quema de banderas que se produjo en una de las marchas, señalando que "hay gente que necesita expresar cuál es su estado de ánimo y en un país que se dice democrático estas expresiones también deben tener cabida".